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,
B. PEREZ GALDOS
-
.
.
nocido8, uno de los cuales' la as.istía,
junta.-
-. mente ' con
D.
Buenaventura._ La piadosa
y
Doble seflora permaneció en pie,
aterra~a,
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ojos fijos, el labio
á
punto de soltar la palabra,
extendida una mano,
~odo .
su cuerpo
y
fiso–
nomía como estatua
~abrada
en representación
del ideal del -asombro. Sansón estaba junto
á
.
I
la
pue~ta,
.serio
y
estirado como
un
centinela;
mas
á
una señal
de
su amo se retiró.
cN~ . e8
nada-dijo
D.
Bu'enaventura lleno
de turbación, al parecer muy disgustado de
la
ptesencia de
BU
hermana .-¿Para qué te
has
.levantado, Serafina?
-¡Ha
salidol-exclamó la senora con es-
>
panto, sefialando
á
su sobrina.-¡Ha salido.•
.!
¡Glorial
-No... es que.•.-repuso
D.
Buenaventura
pálido y balbuciente.-Sf. .. en efecto..• salió.••
Ya
ves cómo
ha
regresado. La pobre
ha
teni–
do
un susto.
- ¿Y
ese hombre, quién es?-preguntó
Se–
rafinita set1alando al hebreo.
- Es... un se11or••• un amigo mío,-replic6
Lantlgua.
'
- Daniel Morton,»
dijo él
presentándosecoD
respeto. .
Serafinita tembló, como si sintiera súbito el
calofrío de una enfermedad fulminante.
ACll-