GLORIA
71
equívoca y deshonrosa. ¡Baldón para
tí
y para
tu familial ... Gloria, hija de
mi
corazón,
elltra,
entra en un convento, que es la solución natu–
ral de tu desgracia irreparable, la solución reli·
giosa y social.»
Abrazándola con ternura, Serafinita besó
á
su sobrina en las mejillas.
La
infeliz peni–
tente, eutre ahogados sollozos, afirmó con ca·
tegórica determinación:
cJamás, jamás, querida
tía,
entraré en
un
convento.
-Dime la razón, dímela,-suplicó Sera·
finita.
-¡La
he dicho tantas veces!. ..
Es
lo único
que queda eu mí de la' voluntad extirpada, lo
único que resta después del sacrificio
de
toda
mi persona, el único deseo de quien
á
nada
aspira en el mundo, el único móvil por el cual
mi estancia en la tierra merece el nombre de
vida.
- Siempre la fa lsa idea . Tú esperas, esperas
-repitió
Serafin~ta
moviendo la cabeza.-Eso
es
es
eranZB,
y
esperanza del mundo.
- Yo
creí
que era sacrifici o y virtud.
-Siem
re
la
misma
idea - volvió
á
deci r la
dama, mo iendo la cabeza con desaliento" co–
l ne ve er ido aquello que quiere
sal –
l.r.-
i
ro re ll azo que te
ata
á
la
vida y