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B. PÉREZ
GAtD6s
~.Pl;\deces,
s1,. padeces
~qijo
lo. tía con
amor,-per9
no
l~
bastante.
Hay
en
tu mismo
martirio
y
en esa expiación de que ·hablas
una
independencia, una rebeldía, que ya es un
. nuevo
p~cado.
.
-¿Qué
debo
hacer
para
no ser
rebeld~?
Es·
toy
dispuesta.
á
todo,-:-decltu~ó
la
jovelJ,
arro–
j ando
fuera
hasta el úl
timo
átOl110,
si
SRi
puede
decirse , de libre albedrío.
-Reconciliarte
completamenie
con })ios.
. -¿No lo estoy
ya?
-Creer
todo lo quo manda In Sauta
l\lf' :]' o
. Iglesia.
- Bien. Lo
creo.
~
y
después . ..
después
entrar
en
Ul'E
con–
vento.
»
Al oir esto, Gloria
alz.ó
la
cabeza. Creeríase
que en su
alma. estallaba
repentiofi
subleva–
ción
de
sentimientos poderosos
que
no
podía
dominar. Sin duda
iba
á decir a lgo enérgico
y
categórico, porque
sus negros ojos
briJJal'on
y
sus labios palidecieron; pero ]a voluntad,
Dlá
o
firme
cuanto más
COill
batida,
cayó
como la
J
sa de un
sepulcro sobre
aqu
110
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cia se
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