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B. PÉJlEZ GALDÓS
tólicos,. los que ' se
pu~den
llamar vasos de
elección (me refiero
á
los varones,
quer~do
Don
-Juan), gracias . que cumplan esa
vez
al
año,
olvidando que la Iglesia aconseja
'Una
vez
aZ
mes
y asegura que los que no lo ,hacen
viven
.una
vida relajada y están en ,peligro de
perder–
se.
Si ' tienen ustedes conciencia no deben su-
-
.
ponerse, en peligro, sino completamente per-
didos.
-El précepto, el precepto, Sr. Morton-di–
jo D. Juan con sequedad,-no manda más
que una vez al a110.
, -Hay otro síntoma-prosiguió Daniel,–
que, he observado muchas veces. Cuando en
una casa
reza~
el rosario, los hombres se
echan fuera, sin que por esto se alarme la fa–
milia femenina. 'He oído
á
algunos nifíos ino–
centes bager esta pregunta: cDime, mamá,
¿por qué papá no
reza?~
Muchas veces no se
sabe qué contestar; pero en ocasiones se les
I
dice: .Papá reza en ,su cuarto.
~
Pero donde
I
reza papá es en' el casino
ó
en el café. Las rou·
j
jeres aquí, por lo general, creen que siendo
ellas rezonas, no 'importa que sus maridos
sean blasfemos. Debo at1adir, y no creo que
usted se ofenda por esto, que Éspafla ' es el
país, no diré más blasfemo del mundo, sino el
país blasfemo
y
sacrílego por excelencia. .