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GLOR1A
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-el
'aire libre, ' el andar sin tregua en.tre toda
, clase de vientos, arriba y abajo, dejarse llevar
y arrastrar por todas las fuerzas que la solici–
tan; !ompér su capa de mendigo
ó
mortaja de
difunto, .1 exponerse
á
la saludable intemperie
del siglo. Espafia se parece
al
enfel'mo de
,!
,aprensión, todo lleno de emplastos, vendajes,
,
parches, abrigos mil
y
precauciones necias.
Fuera todo eso, y el cuerpo
e~fermo
recobra-
rá
su vigor."
.
Habían llegado
á
un pu nto de la discusión '
en que D. Juan, creyendo
á
su huésped total–
mente descarriado, le tenía lástima.
e
Hace usted un uso poco razonable de la
fantasía-le ' dijo
bondad~samente -
y
en tono
; de maestro.-De esa m-anera nunca me pro–
b~rá
usted qu'e España es el país menos reli–
, ~ioso
del
mu~do. ¿Po~
ventura, amigo Mor-'
ton, no ha visto usted en él algo que le prue..
be lo contrario?
1.
,-No significan na98 para mi-continuó
Daniel,-Ias manifestaciones 'teatrales .de de- .
--- voción, que son más bien políticas .que reli–
giosas. Yo me río de la piedad de
t1~
,pueblo
· que, como Madrid, habla mucho de religión,
'y,.
sin embargo, jamás supo levantar
UD
solo
templo digno; no digo yo-de Dios, pero ni aun
de los hombres qua entran en
él.
En Madrid,