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-
-
Dos oplolones
sobre el
paí. más
r~'glos.
I _
, '_
del
mundo.
Daniel Morton 'no salvó sino una
r~rte
muy
pequefta de su equipaje, que era cODH,derable;
petº
sí los fondos "que traía en la caja
~-e
á
bor–
do
á
cargo del capitán. Este rué
á
viritarle el
día en ql:!e partieron todos los
náufrago~,
yen- –
trególe lo que de él habíareciQido,
desQ~ntan-do una cantidad que Daniel destinó
~
al'\Xiliar _
á
la tripulación. Púsose luego éste en
rel~cio
nes con el Cónsul inglés de la capital
d~
la
provincia ' (situadtt
á
diez y seis kilómetro" de
,Ficóbriga por camino reál),
y
recibió dos gran–
des baúles con efectos. Al día siguiente de
Sl!
primera salida -de la casa, Morton tuvo la abne·
!
gaéión de confiar su persona
á
un descuaderna
t
do cajoncillo, que usurpanqo aleve el -nombre '
de coche, iba todos los días
tí
la ,capital de la
provincia, moliendo gente 80 pretexto de lle–
varla y traerla. P or la noche Daniel vol
vi6
ca–
ballero en un galltu'do potro negro.