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no conseguirás por todos los medios del mun–
do es dar lumbre
á
una lámpara vacía.
-Seguramente.
-Nues'tro Sr. Morton-aftadióD. Angel,--
podrá estar
á.
obscuras de la-
ver~adera
luz;
pero bien se conoce que no es por falta de
ojos. ¡Cuán distinto es
d~
muchos jóvenes de
por acá, que diciéndose cristianos católicos '
y
habiendo aprendido la verdadera doctrina, .
. nos muestran en .su frivolidad
y
corrupción
moral, almas ·vacías, almas ,obscuras, almas
si~
fe, los
sepulcros blanqueado8
de que nos
habló el Seilor!
~
Gloria se acercó
á
su padre.
e
¡Buena .se ha armado en la Asamblea- de
Francia!-exclamó de súbito el doctor Sede-
1'10,
que leía un diario.-Esto·es la dispersión
de gentes. ¡Oh!
lFranci~,
Francia, bien mere–
cido lo tienesl Oiga
Us~a
Ilustrísima,
y
iorma–
rá idea de cómo se acaba. un · país por aban–
donar las vías del catolicismo.»
D. Angel miró
á
su
~ecretario
y
al perió–
dico que leía. Gloria puso la mano sobre el
hombro de su padre.
c¿Qué
quieres, hija mía?-le dijo éste cari–
fiosamente tomando aquella mano
.-¡Ahl
pi–
carona, ya que estás aquí no
te
marcharás
sia
llevar un buen semnón.