GLORIA
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f!
cuestiones, dejándole á usted tan convencido
de que hay alma, de que hay Infierno,
de
que
- hay Qielo, como de que ahora es día; pero tengo
una memoria
infa~e:
leo hoy una cosa, y ma–
fiana se me olvida. Luego mis ocupaciones•..
figúrese usted que este ir y venir al Soto
y
á
la
playa
há
tiempo que no me permite abrir un
libro. ¡Vaya con el D. Rafael, qué ideas tienel
Cáspita,
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se ha de decir esto á los .electores,
porque
entonce~
... Al
cont~'ario,
todo ha de ser
~e1igión
y más religión. A este son les. hemos to–
cado siempre, y
á
este son bailan que es una
maravilla.
-Bailarán también
ahora~dijo
del Horro
eonriendo;-por cierto, Sr. D. Silve.strc, que si
no nos vamos -hoy, me
parec~
que llegaremos
tarde.
-Tenemos tiempo de .sobra.
E~ta
noche lle–
gamos á VilIamojada, vemos á los amigos; pa–
sado 'mafíana
á
Medio- VaIle, vemos
á
' los ami–
gos ... Todo se reduce
á
pasar de pueblo en pue–
blo y á 'ver amigos. Fíese usted de mí, hombre.
E~
todo lo que sea de los Madriles y de la poli-o
tica gorda, puede discurrir
y
quebrarse la ca–
beza; pero en esta tierra y en elecciones, déje–
me usted
á
mi y cállese y estése quieto. Cada
uno en su elemento.
-No me falta confianza, seilor cura Caracu-