I
-,
164
B.
PÉRE~
GALDÓS
.- -¿Por qué?
-Porque no tienes formalidad. Hace días
te .
hahlé
d~
un asunto; me prometiste, contestar
pronto,
y
ésta es la
h(jra~..
.
-Pues bien," papá-indicó Gloria inclinán-–
dose.-Voy
á
contestl!r.~
-
- D.
Juan dejó
la
pluma.
cY
contesto que no-dijo
la
sefiorita
80n–
-l'iendo
y
reforz!lpdo su frase
negativ~
con
un
vivo movimiento de cabeza.
-¿Rehusas?
,
---Rehuso... pero de todo corazón.
.
,
-¿Lo has pensado bien?
-Lo he pensado bien,
y
no puedo,
no
pue-
do
de ningún módo querer...
- -
'- -¿Podrías darme alguna
razón?~díjo
Don
Juan, _mostrando un sentimiento extraño
que
sólo pudría llamarse severidad benévola.
-Un·a no: mil,·-replicó Glori,a con
s~
natu–
ral propensión
á
la hipérbole.
-- ¡Con una me contento. ¿Has cO!lsiderado
bien
las
prendas de ese joven? -
.
--Sí,Yhe visto que es un
sepulcro blanqueado.
-Mira
bien lo que dices.
-¡Ah!
ust~'d'
mismo no tardará
en·
recono·
carlo. No es oro todo Jo que reluce. Verdad
es que para mí nunca ha brillado el D. RaCae–
lito sino como hojalata.