154
B. PÉREZ GALDÓS
de llegaría el frenesí de las masas -estúpídas,
é
ignorantes, si ell zo de la religión no enfrena–
ra sus malas pasiones?» '
'
,
A, lo cual el cura, riendo, contestó:
cPero en esto de c'reer hay algo más que un
.-
, freno para contener
á
los ignorantes. -Los ilus-
tr~dos
y
~os
sabios deben acrisolar su fe con
el estudio.
_
-Así
debi~ra
ser-dijo.
~Rafael.-Convieñe
que todos contribuyamos
á
conservar sólida
y
firme esta base del edificio social. Si la ' reli-
,
-
gión desapareciera, . los demagog,os y petrole–
ros DOS declararían una guerra.
á
muerte.
Es
cosa qQ.e
espant~.
-Tremendo, sí.
. -Por eso yo soy de, opini6n de que sigan
las misas, los sermone's, .las Doyenas,
~as
.pro–
cesiones, las colecta,s y todos los demás usos
y
ritos que se han cteado para coadyuvar á la
gran obra del Estado,
y
rodear de gara,nUaa
y
seguridades
á
las clases pudientes
é ·
ilus-
tradas.
. .
. -Según usted-ob$ervó-el cura .dando rien-
. da suelta
á
su jovialidad,-Ias prácticas reli–
giosas no son otra cosa 'que una especie de
instrumento correccional contra los pillos.
Pero, Sr.
D.
Rafael de mi alma, desarrollande
su sistema de usted debiéramos decir: csuprí-