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B. PÉREZ
GALU9s '
'cia,
y
que nuestro.s do.s expedicionarios habían !
de llevar;
co.mo. además vieran al do.ctor Sede–
lio. abstraído en la lectura de Jos periódicos
político.s, to.rnaro.n aÍ jardín• .
Glo.ria, después de pasar revista al co.medor
y
ver qué tal ponía la mesa Robustiana, salió -
al jar9ín. Había en éste, por la parte próxima
al camino., un bo.squecillo. formado. de altas
magno.lias, algu'nos espe'so.s
pino.~
y dos'
ó
tres
plátanos~
lo.s cuáles so.brepujaban.á
_to.dala fa–
milia
veget~l,
extendiendo. sus grandes ralÍ;lRs
en tan grande espacio., que po.r un-lado. salfan
sobre la verja hasta fraternizar co.n lo.s o.lmos
~
d~l
camino.,
y
po.r otro.
~carjciaban
las verita-
.·Das
de la
casa.~
En. el centro.
del
bo.squecillo
había, una
glo.ri~ta,
á
la que ro.deaban
~spes~8
materrales hecp.o.s de evónymus,
ret~mas , olo.·
ro.sas, tamarindos, verónicas, adelfas
y
otrtlS
.
8rbusto.~,
combinado.s con arte primo.roso.. Por
detrás corría un estrecho. camino. semicircular,
obscuro,húmedo,en el cual so.lían verse me–
nudos hilos de telarafia ·tendidos entre las re–
mas
y
en
10.~
tronco.s de lo.s árbo.les grandes.
Gloria entró .po.r este camino.. Al
Po.co. rato.
o.yóvoces
y
se
detuvo.
Su
primera intención
lué no 'hacer, caso
y
seguir adelante. Pero
o.yópronunciar su no.mbre, reconociendo la
voz
de Rafael. Este
y
el cura hablaban en la
glo-