GLORIA.
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-rieta. No pudiendo
refrenar
la curiosidad,
es–
cuchó:
cGloria
es
perfecta, c.omo
ueted
dice~ha·
blaba el cura,
-y
ademá.s ,de perfecta 'es hija
úuica
de
un.
hombre rico. Mi opinión
es, ami–
go D. R afael, que todo ' no debe ser sentimen-
; tal
y
te
amo
y
te adoro,
si~o
que debe mirarse
J
mucho al bienestar de ambos cónyuges. La
pintura que usted me .ha hecho de lo
cara que
, 'le ha 'puesto la
vida en
esa
endiablada
Corte,
l1le
horripila.
Dígame
usted,
¿qué
tal
pin.tala
6boga(}ía?
.
-~1al-l'ept1so
,el
joven
con hastío':-des–
'Jués que Lautigua
entregó
su bufete
á
los pa–
santes, éstos
hall
~caparado
todos
los
·nego–
cios eclesiásticos ... Sin embargo
l
algo se ha,ce.
-¿Y el
pe'l'iodislUO?
- Eso
no se
nombre
como
profesión lucra-
(iva.
Es
Ull
excelente medio para
hacerse lu–
gar en la política, tluica
Cal'l'era
de
provecho
pnra la
juventnd.
-y
usted la ha
hecho buena-dijo
hiper.,
bólicamente el cura.-A
los treinta
y
cuatro
afios, este nene va
á
tragarse el mundo.
-Pero usted no sabe,
amigo
mío, qué
com–
promisos, qué cargas tan atroces
trae
este
mal–
dito oficio en su primera época. La
posición
que se adquiere impoue.•.