

LA VIRGEN Y LAS DOS TORRES.
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HISTORIADOR Y LA MUNDIALIZACl6N
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Y si produjeramos otra cartograffa? Dice Gruzinski, que a la Amazonia
hay que sacar/a «de su eterna condici6n de zona exotica y periterica>J.
variados y puede despertar las
curiosidades de colegas y estu–
diantes oriundos de diferentes
partes del mundo. En los tiempos
de la Monarqufa catolica, mu–
chos historiadores ya compartfan
semejantes preo,cupaciones : al
lado del mestizo peruano Garci–
laso de la Vega, encontramos al
mestizo texcocano Alva lxtlixo–
chitl, al lado del indio mexicano
Domingo Chimalpahin encontra–
mos a los historiadores turcos del
imperio otomano, sin olvidar el
cronista mulato de Cobo Verde,
Andre Alvares de Almada, autor
de una
Historia
y
descripci6n
de
las costas
de
Guinea,
especie de
Garcilaso africano, que tuvo la
Joyas de la Biblioteca
enorme desventaja, hasta hoy
en dfa, de ser negro en vez de
amerindio.
3Como, por ejemplo, pen–
sar la historia de la Amazonia
dentro de un contexto global?
3Como elaborar una forma
de historia que saque esta re–
gion de su eterna condicion
de zona exotica y periferica ,
restituyendole la importancia
planetaria que ya tenfa para
los cronistas del siglo XVI y que
mas que nunca conserva para
todos nosotros? En otra parte
del mundo, pero no tan lejos del
mundo amazonico, 3como Ila–
mar la atencion sobre el papel
clave de las islas Canarias en el
contexto de la mundializacion
iberica : como nexo y platafor–
ma, como «aeropuerto»
«avant
la lettre»
a partir del cual naves
ibericas, italianas, francesas e
inglesas zarpaban tanto para
America , como para Africa o
Asia?
iComo
repensar la posi–
cion y el papel de la Nueva Es–
pana y de la ciudad de Mexico
que se preciaba de estar «en
el corazon del mundo», a igual
distancia de Europa y de Asia?
Pues bien, en la historia de los
lazos asi6ticos de la Nueva Es–
pana permanece un tema , por
lo tanto, poco estudiado por los
especialistas de una historia co-
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