

tomar en cuenta las multiples
dimensiones extra-europeas
de Europa en el pasado, pero
tambien tendrfan que superar
los provincialismos y los mono–
lingOismos que obstaculizan la
circulacion y la discusion de las
ciencias sociales y en conse–
cuencia debilitan la inftuencia
de estas disciplines. No es f6cil
escaper de las redes del euro–
peocentrismo. Si bien la historic
filosofica de la globalizacion,
que el alem6n Peter Sloterdijk
publico bajo el tftulo de
Esferas,
representa uno de los mejores
estudios sobre el proceso de
mundializacion, desde la anti–
gOedad europea hasta nuestros
dfas, padece de un defecto. La
vision de Sloterdijk permanece
unidimensional: el destine euro–
peo y occidental parece nacer,
inscribirse y desarrollarse en un
espacio exclusivamente occi–
dental con protagonistas que,
al fin y al cabo, son todos euro–
peos. En esta din6mica, poco
o nunca intervienen grupos o
civilizaciones extra-europeos.
D. IOANNIS DE ESPINOSA
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PHILOSOPHIATHOMISTICA
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Joyas de la Biblioteca
LA VIRGEN Y LAS DOS TORRES.
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HISTORIADOR Y LA MUNDIALIZACl6N
La via de las
«Connected HistoriesJJ
Para salir del europeocentrismo
y familiarizarnos con la proble–
m6tica de las interacciones
entre sociedades, culturas y
civilizaciones, nada mejor que
un regreso a los cl6sicos. Hablo
de los cl6sicos iberoamericanos.
Pues, 3como hoy entender los
fenomenos de mestizaje sin leer
o releer los escritos cl6sicos de
Sergio Buarque de Holanda,
de Gilberto Freyre, de Gonzalo
Aguirre Beltran ode Octavio Paz
y de tantos otros intelectuales
latinoamericanos cuyas ideas
aparecen coda dfa tan ilumi–
nadoras y fecundas para quien
desea explorer de manera crf–
tica las realidades del mundo
contempor6neo?
Pero el historiador precise
tambien abrirse caminos pro–
pios para construir una vision
de conjunto de las historias y de
las memorias surgidas en partes
distintas del globo. Aquf cabrfa
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examiner las contribuciones y
los Ifmites de la
World History.
Folta tiempo
y
espacio. Prefiero
recorder el papel fundador de
un Polibio en la elaboracion de
una historic global. Como sabe–
mos, Polibio se volvi6 historiador
en Roma, donde escribio una
historic del mundo: elaboro y
aplico una nocion clave para
entender el destine del mundo
en el cual vivfa, la nocion de
sumploke,
una palabra «tecni–
ca» griega, que evoca el hecho
de tejer
y
remite al acto de en–
trelazar la urdimbre y la trama.
14
Segun Polibio, los acontecimien–
tos forman una especie de te–
jido que se teje a sf mismo de
manera progresiva: con el tiem–
po, los sucesos se entrelazan los
unos a los otros de tal manera
que la historic acaba formando
un todo org6nico. No es inutil re–
cordar que en la epoca de Po–
libio, despues de 220 antes de
Cristo, la historic del mundo se
confundfa pr6cticamente con
la de la dominacion romana .
No es nada sorprendente que
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