

matica, poetica y filos6fica de
Sor Juana Ines de la Cruz, que en
el siglo XVII recibi6 el nombre tan
merecido de «Decima Musa». Es
obvio que Juana Ines de la Cruz
es una de las figuras mas fasci–
nantes del Siglo de Oro hispa–
nico. Pero dej6 de ser europea
para volverse occidental, antes
de ser engullida por el naciona–
lismo mexicano.
5
De la misma
manera los
Comentarios
del Inca
Garcilaso de la Vega fueron una
creaci6n occidental, inspirada
por los Andes, pensada por un
mestizo, escrita en Espana, pu–
blicada en Lisboa y difundida
en toda Europa. Yotros, mucho
mejor que yo, podrfan evocar
aquf los logros y la singularidad
de su Academia Antartica.
zPorque la mundializaci6n
iberica aparece como una eta–
pa fundamental de la historia
del globo? Porque en este con–
texto hist6rico no solo lo que per–
tenecfa a la cristiandad latina se
volvi6 occidental, pero tambien
porque se inici6 en esta epoca
un proceso sin precedente de
occidentalizaci6n del globo,
una occidentalizaci6n cuyos
productos y herederos mas ac–
tives y visibles hoy en dfa son los
pafses de America latina.
La aparici6n de lo occidental
y el movimiento de occidenta–
lizaci6n iniciado en·el siglo XV
no conciernen solo a los mun–
dos americanos. Ambos tuvie–
ron un impacto decisive sobre
la constituci6n de Europa y la
elaboraci6n de nuestra euro–
peanidad . Existe una relaci6n
casi dialectica entre europeo y
occidental, los dos terminos se
definen paralelamente.
Joyas de la Biblioteca
LA VIRGEN Y LAS DOS TORRES.
fa
HISTORIADOR Y LA MUNDIALIZACl6N
Estos subditos indios
que
odoran lo
imogen
de/ sol ya
su
soberano, hocfon polidecer de
envidio a las te6ricos de lo Soberanro en Europa, por
su
copocidod
a
lo obediencio.
Solo posteriores trabojos reve/or6n
que
el gobierno
no
fue foci/ ni para oztecos ni para
incos. Civlizociones brillontes pero fr6giles, fueron vencidos desde el interior, desde
sus
querellos intestinos,
que
oprovechoron Cortes y Pizarro .
Modernidad clasica
y modernidades
de los confines
Por otra parte, estos procesos
de mundializaci6n y de occi–
dentalizaci6n nos llevan a re–
considerar e a redefinir lo que
fue la gestaci6n de la moder–
nidad. La modernidad clasica
o can6nica se describe como
un proceso estrictamente eu–
ropeo, un puro producto de
Occidente, desarrollado entre
la Italia del Renacimiento, la
Francia barroca, la lnglaterra y
la Holanda protestantes: se pre–
senta como un proceso unico,
end6geno, local
y
localizado en
el interior de la parte occidental
y septentrional del continente
europeo. Un proceso destinado
a difundirse desde Europa para
el mundo entero.
6
Pues bien, el estudio de las
fuentes documentales iberi–
cas e italianas del siglo XVI nos
convence coda dfa mas de
que en las zonas de contacto
y confticto entre la Monarqufa
cat61ica y las otras partes del
mundo surgi6 otra modernidad,
que puede ser considerada
y evaluada a partir de varios
elementos constitutivos de una
«conciencia-mundrn> sin prece–
dente en la cristianidad latina.
Entre estos elementos cabe
destacar:
• La capacidad de romper con
las rafces ibericas, o continen–
tales,
y
de volverse indiano en
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