

espacios del globo nuevamen–
te descubierto con una serie de
capos protectoras, dominado–
ras y a veces asfrxiantes:
• capos «religiosas y eticasn
-
los distintos cristianismos-.
• capos «economicas» -las asf
llamadas «economfas-mun–
don estudiadas en su tiempo
por
I.
Wallerstein-.
• capos «jurfdicas» -se desplie–
ga una red de normas v61idas
universalmente, base del de–
recho internacional esboza–
do por Francisco de Vitoria
en Salamanca y Grotius en
Holanda.
• capos «artfsticas, culturales e
intelectualesn -
las lenguas
europeas, el uso (impuesto o
no) del alfabeto latino y del
libro europeo, todas las frlo–
soffas europeas, desde el aris–
totelismo hasta el marxismo,
el censo y la «domesticacion
de la diversidad» por media
tanto de la etnograffa y de
la antropologfa como de la
geopolftica (vease la obra de
Giovanni Botero) .
• capos c<imaginariasn: recor–
demos que la «guerra de las
im6genes» impuso al resto del
mundo nuestra manera de
ver, de cartografiar, de mirar
-la vision port6til del mundo,
o sea el atlas, se generalizo-,
que se difundio nuestro modo
de medir matem6ticamente
el mundo sin olvidar nuestra
.nocion de representacion
que impusimos por doquier,
tan especfficamente europea
y tan poco universal.
Al mismo tiempo, la mundiali–
zacion iberica trastorno, cuando
no destruyo, una tras otra, las co-
Joyas de la Biblioteca
LA VIRGEN Y LAS DOS TORRES.
fa
HISTORIADOR Y LA MUNDIALIZACl6N
,,
'
de
Viages defde
el
Puerto del
Callao
a
Europa;
con noticias de las Navegaciones defde la
Concepcion de Chile
hafl:a la Isla de
Fernando
de
~rona
,
Caho 'Breton, T erranova,
y
Portf–
mouth
en
l nglaterra
,
y
defde el
mif
mo Puer-
to
del
Mar def Sur
al
de
el
fjuarico
en la
Isla de
Santo 'Domingo,
y
de efie al de
'Breft:.
en
Francia.
.
.
Ccc
CA-
«La vision portatit de/ mundo se generaliz6>>. Gruzinski.
munidades y las certidumbres en
las cuales vivfan y sobrevivfan mu–
chos grupos humanos: pueblos
indfgenas, cacicazgos, reinos, re–
des religiosas y rituales, redes de
comercio y de alianzas, sistemas
lingOfsticos y pictogr6ficos, cos–
mologfas locales. Cabe recordar
que el desarraigo que provoc6 la
mundializaci6n iberica concierne
tanto a los invasores cortados de
sus rafces familiares, separados
de su patria, como a los invadi–
dos y colonizados, reagrupados
para formar nuevas entidades.
En este nuevo contexto, la sal–
vacion en el sentido mas amplio
de la palabra, ya no viene del
grupo, de los dioses nativos, de
las fuerzas del lugar. Los invasores
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