entre masas y
élite.
Fueron momentos de «a-historia», o sea de choques
contradictorios, de continuo etnpezar, en contraste con la historia que es, en sí,
proceso y esencial continuidad>>
(l..a
promesa:
43). Posteriormente surgieron rma
visión administrativa y otra económica de la vida nacional, pero faltó rma visión
humana de la misma. Las tres son indispensables -como dijllnos-para echar las
bases de rma verdadera
élite
nacional. Adetnás es necesario rm Estado eficiente,
rm país progresista y rm pueblo «en forma>>.
Las
élites
tienen el deber y la responsabilidad de trazar planes para rm mejor
rendimiento nacional, más copioso y más racional, para la defensa biológica y
sicológica de los niños y de los adultos, para el estímulo de la vitalidad y la capacidad
colectivos. Pero además de este pragmatismo pensabaBasadre que es indispensable
rma comunión nacional: el enlace entre pueblo y dirigentes, territorio y población,
pasado y porvenir. El autor sostenía en
Perú: problema
y
posibilidad
(Lima: Banco
Internacional del Perú, 1978: 148-155) que rm enlace setnejante se puede encontrar
por ejetnplo en el segundo gobierno de Piérola. En cualquier caso, también afirmaba
que cuando se dieron verdaderas
élites
en el Perú
desataron.
¿Es cierto este análisis según el cual la frustración de la promesa de la vida peruana
se debió a la
ausencia
o a la
deserción
de las
élites
en el Perú?
Quisiérmnos ante todo manifestar nuestras reservas frente a la asrmción acrítica
por parte de Basadre de las ideas de Ortega y Gasset sobre que la mecánica social
e histórica se pueda expresar básicmnente en la dialéctica de las masas y las minorías
selectas -de hecho Rostovtzeff no acude a rm planteamiento setnejante sino a
rma visión sobre el papel y el contraste entre las clases superiores y las inferiores.
Pero arm admitiendo que esta dialéctica entre masas y minorías selectas se diera en
esta forma, tmnpoco parece que en el Perú la decepción de la promesa de la vida
peruana se haya debido a la ausencia de
élitespolíticas
en general o a su
deserción.
De
hecho en el Perú a veces se presentaron dichas
élites
y trataron de realizar rm
proyecto, pero por alguna razón -que aquí no cabe precisar- no lo pudieron
cumplir. Una de estas
élites
fue el grupo civilista de derecha constituido en tomo
a J'vfanuel Pardo, quien entre 1870 y 1878lanzó su proyecto político y económico,
que fracasó -el caso ha sido estudiado por Carmen Me Evoy en su investigación
Unprqyecto nacionalen elsiglo
"XIX.
Manuel Pardo
y
su visión delPerú
(Lima: Universidad
Católica del Perú, 1994). Y otro ha sido el caso de la generación de José Carlos
Mariátegui (1894-1930) y de Víctor
Raúl
Haya de
la
Torre (1895-1979), quienes
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