docientos pesos; fueron bajando poco a poco, como
iban multiplicando, y después bajaron de golpe a lo
que hoy valen. Al principio del año de mil y quinientos
y cincuenta y cuatro, un caballero que yo conocí, lla–
mado Rodrigo de Esquive!, vecino del Cozco, natural
de Sevilla, compró en la Ciudad de los Reyes diez vacas
por mil pesos, que son mil y docientos ducados. El año
de mil y quinientos y cincuenta y nueve, las vi com–
prar en el Cozco a diez y siete pesos, que son veinte
ducados y medio, antes menos que más; y lo mismo
acaeció en las cabras, ovejas y puercos, como luego
diremos para que se vea la fertilidad de aquella tierra.
Del año de quinientos y noventa acá, me escriben del
Perú que valen las vacas en el Cozco a seis y a siete
ducados, compradas una o dos; pero compradas en
junto valen a menos.
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