Table of Contents Table of Contents
Previous Page  102 / 174 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 102 / 174 Next Page
Page Background

en criarlos por granjería, porque se los pagaban muy bien.

Había hombres que tenían en sus caballerizas a treinta,

cuarenta, cincuenta caballos, como dijimos en nuestra his–

toria de la Florida, hablando dellas. Para prender los potros

hacían corrales de madera en los montes en algunos calle–

jones, por donde entraban y salían a pacer en los navazos

limpios de monte, que los hay en aquellas islas de dos, tres

leguas, más y menos de largo y ancho, que llaman

zabanas,

donde el ganado sale a sus horas del monte a recrearse; las

atalayas que tienen puestas por los árboles hacen señal;

entonces salen quince o veinte de a caballo y corren el ga–

nado y lo aprietan hacia donde tienen los corrales. En ellos

se encierran yeguas y potros, como aciertan a caer; luego

echan lazos a los potros de tres años y los atan a los árboles,

y sueltan las yeguas; los potros quedan atados tres o cuatro

días, dando saltos y brincos, hasta que, de cansados y de

96

hambre, no pueden

tenerse, y algunos se

ahogan; viéndolos

1

ya quebrantados, les

echan las sillas y fre–

nos y suben en ellos

sendos mozos, y otros

los llevan guiando

por el cabresto; desta

manera los traen tar–

de y mañana quince

o veinte días, hasta

que los amansan; los

potros, como anima–

les que fueron criados