quiso el dueño, diciendo que quería el caballo para entrar
en él en la batalla que esperaban dar al enemigo, y así se
lo mataron en ella, y él salió muy mal herido. Lo que más
se debe notar es que el que lo compraba era rico; tenía en
los Charcas un buen repartimiento de indios; mas el dueño
del caballo no tenía indios; era un famoso soldado, y como
tal por mostrarse el día de la batalla, no quiso vender su
caballo, aunque se lo pagaban tan excesivamente; yo los
conocí ambos; eran hombres nobles, hijosdalgo. Después
acá se han moderado los precios en el Perú, porque han
multiplicado mucho, que un buen caballo vale trecientos
y cuatrocientos pesos y los rocines valen veinte a treinta
pesos.
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