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(~

acuerdo a nuestros daros (Alramirano,

1983),

siendo los de origen rural (comiv

nidades campesinas, distritos, anexos, ex–

haciendas) los más numerosos; los de

origen urbano, estaban repre-sentados por

1mos

120,

conformados por migrantes

de

las

capirales de provincias; y, 17 de na–

turaleza departamental que represen–

raban al mismo número de capitales de

departamento.

p. 15

Esta década se caracterizó por la

desaparición del sistema de hacienda y el

fortalecimiento de las organizaciones

comunales.

Esra

nueva situación se

debió

fundamentalmente a tres factores

correlacionados: Primero,

el

éxito

relativo

de la movilización campesina. Segundo,

el

abandono de las propiedades de

hacienda por Los hacendados. Tercero, la

presencia

de

programas gubernamentales

de desarrollo en el área.

Sin

embargo, a

pesar de estas condiciones favorables para

Los campesinos, la migración no se detuvo.

Mu chos comuneros, incluso Los cam–

pesinos que pertenecieron a la hacienda

(colonos). se incorporaron gradualmente

al movimiento

migratorio,

particu–

larmente

hacia La ceja de selva para

trabajar en

las

plantaciones de café,

y

fmrales. AL nivel local, la ampliación de

la

frontera agrícola en la década de

1960,

permitió

el

incremento

de La

producción agrícola y pecuaria como

respuesta a la mayor demanda en el

mercado regional de Uripa.

01trante la década del setenta,

cuatro

importantes acontecimientos

han

tras–

toGado sustancialmente la organización

,

socia~

política

y

económica

de la localidad

de Ongoy.

En

primer lugar, La imple–

mentación

de

la reforma agraria en

1969,

que f1te seguida por la

creación

de

ligas agrarias y de cooperativas agrarias.

Segundo,

el

grado de participación política

entre

la población campesina, particu–

larmente

en

aquellos barrios cuyos

miembros habían experimentado

un

largo

conflicto con las ha

iendas. En tercer

lugar, los diversos programas guberna–

mentales de desarrollo

en

áreas como la

educación,

las

com1micaciones

y

el

crédito

agrario, qlte en su

conjtmto

tuvieron

una

J

serie

de

efectos

en

la

estmcwra

política y

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sean e os do nmos, no e que yo los hubiera elegido, es que

simplemente ellos e taban allí y yo también.

No había muchas casas en la urbanización. Estaba en la

parte de Miraílores contigua a la de la re idencial Santa Cruz,

que en aquella época era una chacra, tenía una acequia con

pe caditos y un campo de aterrizaje de la agencia Faucett, de

manera que, con mis primeros compañeros de juego que fueron

esos niños, aliamos a la calle a jugar pelota todos los días. O

a lo que se pudiera jugar.

Todo iba muy bien hasta que llegó una persona que conocía

a mi madre, y cuando e ta persona me vio jugando con estos

dos chicos, por alguna extraña razón se horrorizó, llamó a mi

madre y le dijo:

-¿Cómo permites que tu hijo juegue con eso chicos?

Y mi madre orprendida contestó:

-¿Por qué?

Y le dijo una fra e que marcó mi vida como un sacramento,

en este caso un sacramen to perverso:

-No te da cuenta de que son cholo .

Debo aclarar que vengo de un país racialmente homogéneo,

y como ustedes saben, los colores y las raza son eminentemente

culturales. Son relativos.

La

vista no es el sentido de la vi ta,

sino la cultura de la vista, y para mí, aquello fue una experiencia

in ó lita. Yo no sabía que eran cholo , mi madre tampoco sabía

que eran cholo , y esta per ona le introduce este concepto de

que yo no podía jugar con ellos porque ello pertenecían a otra

raza, a otro color, a otra cultura.

Recibí e e impacto cuando tenía 6 año de edad, pero la

vida se impuso obre la otra circunstancias. Y como a ese

barrio no llegaban má chicos, yo tenía que seguir jugando

con ellos.

Luego me enteré de que eran hijo de ayacuchano , y que

de alguna manera eran de lo primero migrante andino que

habían llegado a e a parte de la ciudad . Eran lo hijos del

bodeguero.

La

bodega de la e quina en una zona de Miraílore

en 1951 es, si se quiere decir, una avanzada, una vanguardia de

lo que despué sería e enorme proce o migratorio que le da

el ro tro al Perú de hoy. Esa bodega que yo conocí en 1951 e

multiplicaría por centenas de pequeño , medianos y hasta

grande negocios. Estos chicos, que de pué de aparecieron

del barrio y no é qué fue de ello , iguieron u rumbo propio

en la ciudad.

E e negocio fue cambiando por otro. El giro de lo negocios

también fue cambiando, y etcétera. Ese fue mi primer contacto

con esto que de pué se e ntendería co mo un p roce o

migratorio, el proce o migratorio más grande, que e e taba

' produciendo hacía uno poco año ant en el Perú, con la

con ecuencia culturale enorme que hoy todo conocemo .

Tu e el privilegio de er un a istente precoz de la marcha

hacia e l oe te , de la conqu i ta del oe te que e e taba

produciendo y en la que el indígena era yo, en la que lo

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