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¡._-

En

el diseño de políticas culturales

y

de educación en

un

país

que

se

dice

pluricultitral

como

el Perú, surgen de esa

reificación dificultades insalvables.

Insalvables, naturalmente, hasta el

momento

en que se podemos percibir que

la dificultad

nace

de un planteam iento

errado del problema. Debemos pregun–

tamos en

un

caso

como

ese, si es que la

misma cuestión no podría ser planteada

en

base a

un

modelo alternativo.

Por supuesto, el modelo del mestizaje

aparece entre nosotros

como

uno de esos

modelos alternativos.

El modelo del mestizaje incorpora

algunos elementos nuevos que

no

se

hallaban

presentes en

el

modelo biomecanicista.

Uno

de esos elementos es la

incorporación

por el

indigenismo

biologista de algunos matices

organicistas de tipo spengleriano. Hablo del

'

Spengler de

«La

Decadencia de

Occidente».

Las

estructuras culturales aparecen

aquí

como

dotadas de una especie de

vitalidad animal. Siguen siendo

no

interpretables. Pero

adquieren una especie

de sexualidad ambigua e indefinida .

Como

que participaran de la sexualidad

de sus portadores individuales

y

grupales

y

combinaran sus rasgos para generar

nuevos organismos híbridos en forma

paralela a la manera

como

los

miembros

de las sociedades en

contacto

generan

gmpos racialmente híbridos por causa del

intermatrímonio.

e habla de esta manera de culturas

n~estizas

extendiendo de

modo

gratuito

la

noción

biológica.

En

esta forma, la

visión racista de los encuentros sociales

y

políticos, extirpada

con

fortuna del campo

de la biología, ha

terminado

por

encontrar

1m

área de refugio

en

la culturología.

Pasonalmente

no

puedo

encontrar

una

justificación teórica

para esta

concepción.

Desde

mi p1mco

de vista,

constitl<ye

simplemente

un

derivado del

utoptSmo

de los

indigenistas

mejicanos

y

penianos

que

creyeron primero encontrar

una

alternativa a la polémica hispanista

- mdigenista en

la

noción

de mestizaje

e

inventaron imágenes como

la del

uevo

50

me diera plata. Yo misma me la bu caba, a í que creo que

mucha co a que he logrado en la vida e deben a esa parte de

mi carácter. Lo que también creo que me ayudó e que nací

muy competiti a, siempre me gu taba participar en los evento

del colegio, en la actuaciones, en lo

juego

florale . Peleaba

iempre por lo primeros puestos. Era hasta «metiche»: era

presidente del alón , jefe de la promoción, etcétera. Era feliz

en el co legio, quizá porque en mi ca a me entía sola. Me

gustaba siempre e tar allí.

¿Cómo despierta mi interé por el mundo editorial? Bueno,

al principio mi

interese eran otros. Yo ingre o a lo 16 año

a estudiar Economía en San Marco , promoción 1980. Éramo

un montón de gente y a mí me gu taba parar en el centro

federado, organizando a lo e tudiante , bu cando mejorar la

facu ltad . Fueron años complicados porque justo empezaba

todo el fenómeno del terrori mo. Terminamo

la ca rrera, a

pesar de la huelgas, en cinco años y medio. Fue una experiencia

muy en riquecedora, una etapa mara illo a. Ahí me ca é, muy

jo encita, a lo 18 año , con un anmarquino. A los 19 tenía

mi primera hija, al año

iguiente mi segundo hijo, Gerardo, y

a los 21 nacía el tercero. Pero igualito con hijo y si n hijo terminé

mi carrera. Iba a la da e con mi pañale , daba mi exámene

con barriga.

o é

i ahora alguien haría lo mi mo. Creo que

eran las ganas. Creo que a la aente provinciana le gusta obre alir,

no e toy en contra de lo

limeño , pero a lo provincianos no

hace la pujanza , e t a r terqu ea ndo , luchando co ntra la

adversidad.

En rea lidad la ad er idad me enseñó mucho. Po r ejemplo,

al nacer mi h ijo Gerardo tu o problema de a fixia, a lo 13

día ca i e muere. Eso le trajo problema de aprendizaje, pero

creo que e e preci amente ha sido el mayor estímulo en mi

vida: gracia a él e que é tanto de c

a educati a . Como él

tenía limitaciones tanto mu culare como cognitiva , aprendí

qué co a eran problema motrice , terapia del lenguaje. Tenía

19 años y tuve quepa ar de niña a mujer, madurar rápidamente.

Gerardo era

borderline,

un niño en lo

límite de lo normal y lo

anormal. En el afán de ayudar a mi hijo tu e que comerme

libros d e medicina para aber qué le ucedía, aprendí cosas de

neurología, fui autodidacta en e a época. Me dijeron que mi

hijo no iba aprender a leer, pero al final aprendió y fue toda

e a expe riencia la que me hizo de cubrir el mundo de la

enseñanza, de lo método de aprendizaje, de la cue tione

pedagógica .

Por co as del de tino me di orcio a lo 28 año . Yo había

hecho e tudio en E AN en el área de marketing. Así, cuando

tengo que alir al mercado labora l a trabajar, mi primer trabajo

fue como jefe de marketing de la edito rial Centauro.

Comenzamo muy chiquito , con una oficin ita en

La

Colmena,

in teléfono, a lo do año ya teníamo ofici na en Miraflore .

Facturamo millón y medio de dólares. Fue un grupo de gente

con quiene

lle amo a una empre a pequeña a liderar, por

COLOQUIO LO CHOLO EN EL PERú