Comparten or íge n e humild e , re ón y co n rancia,
terquedad y fortaleza. on madre y trabajadora , orgullo as y
facha a , irónicas y con entido del humo r, con un fuerte
sentido de la reivindicación femini ta.
E te nu evo milenio descubre una muj e r más activa,
particularmente agresiva, decidida, con un di cur o altamente
cue tionador del rol masculino, aunque continúa siendo
machi ta -ella tamb ién- en el fo ndo.
Nancy Obregón, Eisa Malpartida, Paulina Arpa i, Marí a
umire o Hilaria upa on ejempl s de ello, mujeres que han
venido a la vida política de la ciudad desde la elva o la ierra,
pero in aceptar perder u idiomas, u trajes, y menos renegar
de u orígene , reivindicando u etnia y su exo.
El imaginario femenin o e ha de embozado d e falsos
pudore . Lo cierto e que en nuestra sociedad son las muj eres
quiene acan adelante a u familias. Tienen capacidad de
trabajo, de ahorro, facilidad para el comercio y el negocio.
Es
el ca o de la huancas o puneña .
La
muj eres llevan la caja de
su economía y on quienes finalmente producen y de arrollan,
siendo la ba e y el verdadero rostro de e te pujante capitalismo
popular.
Pero no todo e positivo.
La
muj er popu lar igue siendo
una madre sobreprotectora y ca tradora, que fomenta y valida
la mirada machista en u hijo .
Es
increíble erla dar la cara
por lo errare de su hijos varone , apañándo lo ,
e condiéndolo , in permitirles a umir us re ponsabilidade
como adu lto , formánd les una personalidad endeble, base -
preci amente- de lo errores que cometerán de adultos. erá la
base cuand o fraca en en su negocio o e adan u
respon abilidades, entre ellas, precisamente, la de la paternidad,
todo para terminar en alguna actividad escapi ta como el licor,
y dando materia prima para temas mu icales e hi torias tri tes
que e repiten una y otra vez, o que e d criben popu larmente
así: la mujere on la que acan adelante su familias, paran la
olla y, finalmente, chupan con su plata.
Lo
hombres ya fueron.
Por supuesto, hay ca o particulare que escapan a e tas
tendencias.
5. Al último
p
ro no lo último: de mi
ti
runas
Para terminar, quisiera revi ar la estructura y jerarquías
del mundo andino. Para much , el mundo de sierra es una
realidad única y homogénea, que su de arrollo ha sido mínimo
y que la modernidad no ha entrado. Pero e o e fa lso. La
realidad andina es mucho má compleja, y e to se refleja también
en la mú ica.
Por ejemplo, Jaime Guardia, gran charanguista de Ayacuch ,
suele er descrito con la fra e representante del • eño rial huayno
ayacuchano•. Pero esa e una con trucción de ca ta. El •señorial
huayno ayacuchano» es una apropiación, por parte de los
gamonales y lo mi ti , de la mú ica campesina.
V ISIONES DE LA MODERNIDAD DESDE LO CHOLO
Guíame Crtisro
Cautivo,
Christian Bendayán
(( El de arrollo
económico al margen
del i tema formal por
parte de lo emergente
provincianos vino
acompañado de la
creación de una cultura
propia, que validaba
u proce o))
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