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(~

y

andino. Actitudes

que impulsaron

nuevos modos de

comportamienro

y

más

de

una

rebeldía

dentro

del gmpo bene·

ficiario del

orden tradicional.

tLS pretensiones

de aristocracia

y

de

limpieza de sangre

-o, en todo

caso,

su

reclwzo por la

sangre indígena sentida

como

una

contaminación vergonzante–

era

n elementos definitorios

de SIL

idiosincracia.

En

efecto, esta

fijación en

los valores coloniales obeclecia a que fue

precisamente

en

la

colonia cuando

se

cristalizó la legimitidad ele la

dominación

de

lo

blanco

y

occidental sobre lo

nativo

e

indígena.

Desde

entonces

pareció nawral qILe

los españoles, criollos

y

mestizo , tLSaran

y

abusaran de los

indios.

o

obstante, a

pesar de

importancia

de estos valores, las

familias reverenciadas

eran ante

roda

pragmáticas

e incorporaban en s11 seno

al

inmigrante

afortunado

o

al general

en

el

poder.

Dirigía n

la t1ida

eco nómica,

política

y

culmral del país pensando qILe

ello era Lo

lógico

y

namral.

Los profesionales, empleados

o

peque1ios empresarios

eran

blancos

mestizos

y

vivían en

discriros

como

)esiís

María,

Lince, Chorrillos

y,

on menos

frecuencia, en an

Isidro

y

Mira/lores. u

definición

frenre al pueblo dependía

en

mucho de su actitud frente

a la grandes

familias.

Acritud

que

en cualquier

caso

era ambivalente.

Una

mezcla de

admi–

ración, envidia

y

crítica entrampaba

su

sensibilidad.

En efecto:

mirándose

frente

al espejo de

Las

grandes familias

s11

propia

auropercepción rendía

a

sentirse como

falca, ausencia

y

anhelo, sentimienros

que

les predisponían a la

imitación total o

a

un

difícil rechazo de lo s modelos

oligárquicos. De primar la crítica

o

el

rechazo, las familias de

clase media

podían ser apriscas

o

reformistas. De

primar la

identificación, eran

parndarias

del

orden

y

reproducían el compor–

tamiento

del

lwcendado en

su

traro con

el pueblo.

Enviaban

stl.S

hijos, muchas tieces

con gran

esfuerzo, a colegios particulares

y

entre tenían

el

sueño

de que ellos,

mediante un matrimonio

aforttmado

o una

vida ele trabajo,

irían

e calando los

146

U na vez en la capital, e tos primero migrantes e tudi an,

trabajan y logran fo rjar e un e pacio en el ce rrado mundillo

limeñ .

o da n la e palda a u o rígene . Po r el contrari o ,

empiezan acti amen te a bu car e pacio para alentar

1

de arrollo

de us comarcas, llevando petito rio para con truir carretera ,

co leg io , po ta méd ica y h o pita le , y a lu c h a r po r e l

reco no imi e n to po lí t ico de a n exo , ca e rí o , po bl ad os y

pueb lo .

Se o rgani za ron a tra é de clu be de di er a índole.

ean

m1

ti

o runa , seño res o campe in

, iempre brindaro n es pacio

pa ra apoyar al q ue llegaba del pueblo a ub ica r e en la capital.

Ba taba que fue ra pai a no,

iempre bajo la bande ra d e la

sa lvación por el e tudio y la cultu ra.

a mos h ijo de e e ueño, de e a apuesta. Todo hemo

crecido con la con igna de e tudi ar, de llegar a la uni er idad,

de hacerno profe iona l

y hombres d e bien.

La

cultura como

moto r de de arro llo. Po r e o e momento de recorda r e e pacto

origi nal co n la tie rra de nu e t ro anee t ro , ti e rra q ue h y

hemo abandonado y que o lo reco rdamo con nos talgia y

melanco lía.

E ta no ta lgia y melanco lía no

lleva a ce lebrar cad a año

nue tras fíe ta patronale .

Es

nece ario recon ce r aquí la labor

de la. eñora de la ofradía de nu

tra patro na, que han abido

mantener encendida la llama de nue tro compromi o con la

tierra. Pero no e no talgia ni melancolía lo que la ti erra e pe ra

de no otr

. Eso ería incump lir el compromi o hecho con

ta n to e fue rzo por eño res y campe inos, po r pat ro ne y

feudatarios, por misti

runa .

Son ti empo difícile , de u na lucha anee tral q ue todavía

continúa. Una lucha q ue no no a u ta porq ue hace década

que vivimo dándo la, una lucha que e pued e re u m ir en

«trabajar para vivir, vi ir para luchar, luchar para oña r, oña r

para amar y amar para vi ir•, algo que hemo aprend í lo a a umir

de de nue tro padre , abuelo y b i abuelo

,

alao en lo que

nunca hem

ido derrotados.

o demoraremo , pero amo

a llegar.

Que nue tro apu no protejan, q ue nue tra panaca

e

agiten que nue tra angre e ca li ente, q ue lo dio e de lo

vencid

no bendigan. Que la Mamacha Asunta, la Mamacha

Hua rina Virgen del Ro ario, la purí ima Virgen Inmaculada,

el bendito eñor de Mu ru hua , el podero o Seño r de Huayllay,

la antí ima Virgen del

armen, la di ina C ru z de C halpón,

anta R

a, la Melchorita, nue tra arita, la Beatita de Humay,

el Cri to

egro de Pachacami lla,

¡

h! eñor de Qoyll u r Riti

no no o lviden en nue tra lucha, p rq ue ha llegad

nue rro

tiemp , el tiempo del orgu llo cho lo.

l.

Ge ta juvenil pro inciana

D de la década de

1960

n lo

jóvene provi nciano , de

15

a 40 añ

, quiene dan la bata ll a por la ren vació n y

Co

UJO LO CHOLO

EL PERú