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lo cotidiano). No sin eña lar que el tema de lo cholo lo he
e ncontrad o habitado por carga emocio nale y pleno de
implicaci ne contra ertible en í mi ma .
ada e má difícil
que hablar del tiempo pre ente, de lo que fluye .
U. ¿Quién soy?
De e
ta
«hi toria de
ida•, a
imple vi ta , urge un
concepto federado r. u
relatore , como ujetos, on parte de
una va
ta
inmigración. Como telón de fondo de e o
role
per onale , e halla la migración andina, el éxodo de campo a
ciudad, el pasaje ma ivo de lo rural a lo urbano, e o es obvio.
Aho ra bien, la explicación corriente e que el Perú actual, lo
peor y lo mejo r de la vida peruana, u laberinto, re ulta de la
migracione y de la con iguiente concentración urbana. Pero
esa e una verd ad parci al. Alcanza a exp licar la economía
informal, la barriada
tran formadora de di trito y urbes,
pero ya re ulta in uficiente para abo rdar c mpo rtamiento
elect ra le y político . Y meno e apta para dar cuenta de lo
ob ervable y lo latente en el her o r de e a emergencia cultural
que llamamo 1 cho lo.
i de lo que tiene de
i ible y de lo
que tiene de latente, d oculto. Migración mas iva ha ocurrido
en
tro paí e de la América Latina, pero en lo peru ano,
culturalmente, ha tenid o una con ecuencia
ine perada ,
compleja , creativa , orprendente . Hay que afinar el análi i ,
atender meno
lo «macro» y ob
rvar lo
ujeto mi mo , us
e trategia de vida y u bú queda del éxito, u
logro . Tienen
propue ta y un público que la aprueba. En lo
te timonio
per onale que preceden e tas línea puede ob er ar e, ca o
por ca o, una compleja trama de di continuidade y ruptura
(de medio
cial, de lugar) en el perfil intelectual y humano
de las hi tori as de vida, un cruce de per pectiva , y pe e a la
di imilitud de trayectoria , un ai re de familia. Y el ra go común
d
una parad ja. on hi toria d
fuerte per onalidade , de
indi iduo , y a la
ez, la de una no meno
fu erte e inten a
o iabilidad peruana. Bie n mirado, e
ta
combinació n de
afirmación indi idual y a la ez grupal, co lecti a, tra
rede
ociale
fa mili are , barriales, exten a al punto que vincu lan
campo y ciudad, lo nacional y lo internacional, cuestiona lo
fundamento epi temo lóaico de las teoría
obre el tránsito
de la
ciedade tradicionale a la modernidad. Po r
o mi mo,
debo confe ar que me alejo de la
interpretacione en cur o.
Para come nzar, no ll amo a lo ocurrido migración
ino
inmioración, es decir, pa aje de un paí de lo peruano a otro.
Miguel Almeyda, que en el texto e declara
~un
achorado que
lee•, pa a no de la pro incia a Lima, ni de la
ierra a la co ta,
ino del urban
y p b re barrí
de Je ú María, a Vi ll a El
al ad r. De un lugar pobre a otro pobre, pero e te último,
di tinto. «Partid o de fútbo l ca llejero de cincuenra contra
ci ncuenta», Almeyda a
iende (de de un ángul
d a i ta) a la
cu ltura del teatro tra e tudio en la
ni er idad Cató lica.
Pero el eliti mo no lo hace un eliti ta,
otra c a, u empeño,
la modalidade
a contraco rri ente de u tea tro mi mo. En
Co
UIO LO CHOLO EN EL P ERú