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. 8 -

convento el concurso de la "Hacienda de Palpa" por

drnon enfi teu tico.

1

Por eso tambien reclamó de la traba del embargo en

las dos fincas designadas por el representante de Boza;

pues consideraba expeditivo el pago que se persigue

haciendo el embargo en el dominio directo que corres–

ponde al convento en la finca que poseé en enfiteusis

don Calixto Romero, en la calle del Arzobisp<» porque

ese caballero había ofrecido formalmente, salir

corno

postor en el remate de dicha finca, asegurando, desde

luego, el pago de una suma bastante á cubrir

el

crédito

de Boza.

Cuando el co1wento, ejercitando su derecho. señaló

ese bien para la diiigencia de embargo, lo hizo tanto

porque ese beneficio concede la ley

al

deudor, cuant.u

porque quería que el remate se verificara con mas ga–

rantías de conveniencia para todos, desde que había

ya

un postor, que ofrecía, á finne, una cantidad como ba–

se de la subasta, lo qu e no sería fácil de conseguir res–

pecto de las otras dos finca s su bastadas.

He

entrado en estas explicaciones para que se vea la

buena

con que procede

el

convento y la sinceridad

de sus propósitos al reclarnar d el auto por el cual se

daba por embargadas d os fincas, que no habían sido

señaladas por el deudor para esa dili gencia.

Como quiera que sea, es necesario no incurrir en nu–

lidades posteriores, pasando

por

sobre los preceptos

de la ley que puntualiza los requisitos indispensables

para la venta de los bienes de menores

ú

otros que go–

zan de los mismos privilegios, como las comunidad es

religiosas; pues para la venta de esos bienes, deben ob–

servarse las prescripciones contenidas en el Libro l

l.

seccion

6.'\ Tít.

16, del C

. de E.,

siendo indispcnsabk,

en todo caso, la

licenr

.ia del Gobierno.

Nadie

querria

ha

cer posturas tratándose del remate

de bienes de una comunidad religiosa, sin que

ántes

se

siga el expediente que la ley exige

y

se obtenga la li–

cencia del Supremo Gobierno.

1.

Este allana.miento no fnú sino una

lmdn;

porque acepta –

do el ofreciiuiento por parte

d<3l

Sr.

Boza,

qncdó esclarecido q

ac

los 9,000

pesos

no eran

líquidos,

ni

estaba

resuelto si se debía

pagar en billetes,

como sostiene el

deudor tle

ellos.