Vistos;
y
el'
autos consta que D. Franc isco de P. Bo–
za dic
e en su
escrit<J
de foja s
I,
que á consecuencia de
h:-iber
si.dosubdelegado apostó lico en
el
convento de
Santo
Do rniugo ,
corrió
á
su
ca rg< el manej o d e las ren–
tas de esa
comunidad,
baj o la intervención d e l R. P.
Prior, quien
le
entregaba cada mes el presupuesto de
g-astos,
}íabicndo
quedado limitadas
s us
funciones casi
;'t
las de un simple cajero; que atacada su reputacion
po r
algunos
PP. dominico'
y
deseando vindicarse de las
,:~·~ltnnnias
que se le infideron, no trepidó en dejarse ll e–
var hast:i donde sus acusadores lo qui sieron, habiendo
sido el
resultado
que obtuvo en e l juicio de cuentas que
:-e siguió ante la auto ridad arzobispal, b reivindicacion
rnas
_completa
y
satisfactoria qt,i e podia
apetecer,
pues
de chcha
cuenta ha r esultado a su favor un saldo de
16,500
soles, provenientes de sup lcrnentos ele dinero,
que hizo
cu
cliversas
época s, :,icrnprc que
la subsisten–
cia de los
Rl~-
PP. no podía
con t inuar por falta de fon–
dos propios; que la
comunidad d e Santo Domingo no
ha hecho
observacion
alguna con respecto al saldo en
las
gestiones que han tenid o lugar para t e rminar priva–
dame nte
este asunto: siendo
el único
punto de diver–
gencia
el
de la calidad de la moneda en que debe ha-