DE ASTRONOMÍA.
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re , se pregunte de ·
quánto
será á
los
4
5
º.
~e restará el
Fig.
triplo de la refraccion orizonral
1
°
39
1
de la distancia
a.pa–r.ente al zenit
9
oº,
restarán, 8 8
°
2 I
1
;
de aquí se inferirá la
refraccion
que
corresponde
á
los 4 5
° ,
en
sabiendo que
esta-
refraccion
es de
I
I
al poco mas
ó
menos~ con decir:
la
tan–
gente de 8 8
°
2 I
I
es
á
la
tangente
de 4 4
°
5 7
1 ,
como la
refraccion orizontal
3 ;
1
es
á
5·1"~
que es cabalmente la
refraccion
á
los
4 5
°
de distancia
aparente al
zenit. Por
esta·
regla
se puede construir
una
tabla
de
refracciones..
2
6
r
Esta
regla que se verifica en las cortas
alturas
igualmente
que en las
grandes,
y
concuerda ·
sensiblemen–
te con
las
observaciones, prueba rambien que las
refraccio–
nes son proporcionales
á
las
tangentes de las distancias
a1
zenit,
mientras
que dichas
refracciones
no
pasan de unos
~
\
ó
sus alturas pasan de
2
o.º Porque entonces las tangen tes de
las distancias simples ,
ó
las de
dichas
distancias despues de
quitarlas tres veces la
refraccion ,
tienen sensiblemente
la
misma razon. Pero al acercarse al orizonte no basta
yá
la
-simple
distancia al zenit , porque
siendo
entonces triplica–
da la refraccion , ocasiona en las tangentes una diferencia
muy
notable ; entonces se debe calcular
la
refraccion por
-una
falsa posicion , conforme lo hemos practicado (
2
6
o
)r
2
6
2
Hemos demostrado ( V.
7 o
)
que
la den-
sidad del ayre crece en • progresion
ge9niétrica.
Pero haY:
mucho motivo para creer que la refraccion
no
pende
so–
lamente de la densidad
de
los cuerpos
que
atraviesa, mas
tambien de al~una causa interna que será tal vez la
esrruc....
I
z
tu-