D E AS T R O NO MÍ A.
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velocidad ·inicial será igualmente la misma· ; esta_ razon dis-
Fig.;
crepará poco de la igualdad , porqúe la refraccion es siem-
pre muy corta en comparacion de la distancia al zenit.
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4
Aunque sobrevengan variaciones en la atmós~ -
terá , con tal que su estado permanezca
el
mismo en
A,
la
velocidad final sie1:1pre será la misma. Porque-
el
aumento
ael
quad-rado
de
la velocidad será como la suma de todo~
los productos de ·1as fuerzas atraentes en cada rebanada por
sus gruesos relativos , esto es, de las
fdz.
Condbamos la
atmósfera dividida en rebanadas de igual grueso ; la fuer-:
za
eri cada punto será el exceso de·las fuerzas con que obran
las rebanadas inferiores respecto de las superiores ; al acer~
carse
el
rayo á la tierra, los efectos de las rebanadas inter• ·
medias serán destruidos suécesivamente ,
y
solo quedará
el
~fecto del exceso que la última fuerza llevare
á
la primera.
~sí ,
a'unque la luz llegue al ayre que nos ~oca, por un nÚ•
mero qualquiera de medios de distintá densidad , su veto–
·cidad es la misma que
si
llegára
á
nosotros inmediatamen-–
.te sin atravesarlos.· Luego la velocidad de la luz en
A
solo
pende de la constitucion de la atmósfera en
A,
y
de la
al~'·
,tura '.del termóµierro
ó
barómetro en
el
lugar de la obser-
vacion ; pero la situacion del punto
I
,
ó
de la intersec–
cion de las dos tangentes, puede hacer que sea mas varia-
·
ble la refraccion en las inmediaciones del orizonte.
-
.
2
5
5'
Para ·averiguar la
ley
de las refracciones, se
ha
<.le averiguar· su razon con la distancia al zenit ,
y
con
el
lng_ulo
FCE
,
formado en el centro de
Ja tierra.
Por ser
la
al-