,I
3
2 ~
ELEMENTOS
Fig.
tura de sus partes internas, su distribucion , sus íntersticíos,
su
pegosidad , su adherencia ,
su
calidad
mas
ó
menos oleo–
sa , mas
ó
menos inflamable. Está averiguado que la ley de
la
refraccion no corresponde
á
la que s;guen las densidades
de la atmósfera. Sea la que foere la causa de este fenóme–
no , se sabe que la refraccion de la luz no siempre crece co..
mo las densidades de los cuerpos que atraviesa ; el espíritu
de trementina, por egemplo , es mucho mas ligero que el
vidrio,
y
sin embargo refringe la luz tanto como el vidrio;
podemos , pues , suponer que la materia refringente
muda
de densidad de
·un
modo uniforme al levantarse sobre la tier–
ra , bien que esto no se verifique respecto del ayre gros·ero.
Aunque los esperimentos hechos con un
a
yre condensado dén
una refracdon proporcional
á
la de?sidad , puede suceder
qne
la materia eléctrica
ó
la materia del fuego, mucho mas
abundante en la region superior de la atmósfera que en la
inferior , haga que
á
cierta altura sea mayor la refraccion
de lo que debiera , si el ayre fuera homogeneo con
el
que
respiramos ;
y
de aquí puede resultar que la virtud refrin–
gente se arrime mucho mas
á
la uniformidad que
á
la pro–
gresion geométrica.
2
6
3
.Este supuesto de una foerza constante se com-
padece con las refracciones observadas ; sucediendo lo con–
trario con la ley de
las
densidades.
Si
por
la
l ey de 1as
densidades , en virtud de la gravedad específica
del
ay re,
y_
1
de la fuerza refringen te que son conocidas, se calcula la re–
fraccion orizontal
~
se saca
esta
refraccion orizontal
de 5
2 ',.
sien-