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Se embarcan en un vaporcito en San Fernando, debiendo
reunirse en Gualeguaychú con el Coronel Vazquez; pero este
le advi ert e á Amilivia que retroceda y desembarque en el Pa_
raná Chico. Verificado este, é incorporado á la fuerza el Co–
mandante Fariña con
100
hombres, recorren un trayecto inmen–
so por parajes escabrosísimos; andando de la Seca á la Meca,
pasandol es mil incidentes, hasta llegar al Naranjito donde se
hallaba el ejército revolucionario, en euyo paraje forma el
batallon 3° y se le entrega su mando por órden de los Ge–
nerales Arredondo y Castro.
En el pasaje de Concordia á Guaviyú le tocó á Amilivia ir
en el vapor que remolcaba el
Comercio,
y como el des embar
que de la gente que iba en aquel vapor se hizo con gran difi–
cultad , estaba todavia en la costa el batallon concluyendo de
bajar los recados cuando la cañonera de guerra oriental
For–
tuna
sorprendió á los revolucionarios, disparándoles á boca de
jarro una buena rociada de balas de ametralladora, causándole
al 3° dos muertos, un oficial y un cabo, y dos heridos.
Al dia siguiente marcharon á pié toda la tarde y parte de la
noche, g uerrillándose el dia
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con las fu erzas enemigas. Ese
dia tuvo un muerto el batallon y varios contusos.
El dia
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fué el golpe fatal para la revolucion . A las
11
de la
mañana alcanza el enemigo al ejército revolucionario y lo hosti–
liza fuertemente; el batallon 3° entra á la accion en columnas
por compañias; emprenden la retirada; se encajonan en un ca–
llejon, donde el enemigo los hostiliza ya de firme, por reta–
guardia y los dos flancos; se paran un momento y en el mismo
insta1üe que muere el Dr. Teófil o Gil y tantas otras esperan–
zas de la patria, hieren al Coronel Amilivia que está frente á su
batallan.
Pret ende disimular por no asustar á su gente, pero
el Dr. Gallinal, su ayudante, vé corr erle la sangre, observa que
la herida no era leve y sin esperar mas corr e inmediatamente
á avisarle á los Generales, que le ordenan se retire en segui–
da; obedece en el acto ap ersonándose á ellos, disponen lo
vea inmediatamente un médico, siendo el Dr. Ferrer el en–
cargado de asistirlo .
Estando en la curacion, dando vivas
Amilivia á los Generales y la revolucion, tienen que huir pre–
cipitadamente porque ya el enemigo lo invade todo, arrollando
á los revolucionarios de la manera mas desastrosa.
Amilivia se pone en fuga con sus hijos y tres de sus ayu–
dantes, Gallinal, Lafinur y Sienra, ganan el monte del Day-