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para una causa que él haya creído inju ta, ni
p~ra
herir al
vencido.
En los innumerables combates en que
e ha encontrado, ha
demostrado mas de una ' vez sus sentimientos humanitarios.
En la revolucion del 70, era proverbial la generosidad de Ami–
livia, citándose entre otros ejemplos lo sucedido en la toma de
Mercedes, que se empeñó obstinadamente para que no se les
hiciera nada á los prisioneros y hasta para que se pusieran
en libertad.
El Coronel Amilivia, aunque nacido en España, es mas
oriental de corazon que muchos de nuestros compatriotas;
habiendo sabido formar un hogar en nuestra tierra, que es
respetado por todos, por las condiciones de honradez y pa–
triotismo que le adornan.
Por último, lo que hoy es un
rara avis
entre algunos mi–
litares: el Coronel Amilivia jamas ha medrado con gobierno
alguno.