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jar de tomar en cuenta una que otra de sus reminiscencias, de manera que los
juicios que se formen, no sean falsos é incompletos.
>
Dice Vd. cEn 1863 D. Venancio F lores (á quien
DO
hago la injuria de
comparar con Aparicio como no se la hará Vd. tampoco) jugaba en la Repú–
blica el mismo rol que este caudillo.
" Invocaba como Aparicio la ilegitimidad del Gobierno de D. Bernardo
Berro impuesto al pais á hierro y sangre, las persecuciones y proscripcion á
que estaban condenados mis amigos políticos, y ofrecia al pais
~n
programa
consignado en su manifiesto, de Julio de aquel año, que
DJ
lo hará mejor en
cuanto á exposicion de doctrina y de propósitos, el mejor de los publicistas
de Aparicio.
>
Como Aparicio, el General Flores habia agrupado á su alrededor algunos
millares de partidarios; y como Aparicio, pretendia representar por lo menos
la mitad del pais • ·
• En lo que queda transcripto se encierran graves inexactitudes y tamañas
injusticias, que no pueden quedar establecidas como verdad, no precisamente
por lo que pueda referirse á
las personas que se citan, sino porque en esos
pocos renglones y bajo esos dos nombres
propios-Flores
y
Aparicio-se
juzgan dos épocas enteras.
>
Dando de. barato, sea, que
tuviera tacha la
legalidad del Gobierno de
Berro, sobre cuyo tópico habria mucho que discutir, si para
bu~car
su filia–
cion, á alguien (que no seré yo) se le ocurriese remontarse al 18 de Julio de
1853, ¿qué similitud
le encuentra Vd. á aquel Gobierno con el de Batlle
desde que tambien reconoce Vd. á éste como ilegal? ¿qué similitud tenia ese
Gobierno
cuando invadi·ó la Repiiblica Flores,
con el de Batlle,
cuando in–
vadzif la R eptiblzca Aparzcio
?
~
Usted lo ha dicho mas de una vez-lo han repetido
todos hasta la sa–
ciedad-el
gobierno de B erro era un gobierno tolerante
que iba en via de
apagar los ódios de partido y caracterizando una nueva era propicia para los
destinos futuros de la Nacion - el de Berro era un gobierno que Vds. mismos
recuerdan como un
gobzerno honrado
y
moral.
Gobernaba con
tolerancia
y
administraba con honradez.
¿Que mas se podia pedir teniendo en cuenta las
graves y multiplicadísimas dificultades que en nuestro estado de cosas,
blan–
cas
y
coloradas,
se oponen á la marcha regular de su gobierno?
• En la
tolerancia
y en la
honradez
babia hecho pié firme el Gobierno de
Berro, como punto de partida indispensable que habia de hacer posible
:í
sus
sucesores un Gcbierno que llenase por completo las aspiraciones legítimas del
país y lo lanzase, con un vigor que á él no le permitía su corta administracion,
al desenvolvimien to de su progreso mor al y material y á la reconquista, por
la paz, de sus li bertades
usurpadas desde 1830, época á que Vds.
parecian
querer volver con la Convencion N acional.
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Yo invito al Dr. D. Manuel Herrera y Obes, actual Ministro ele Batlle,
el ciudadano mas importante de ese triste Gobierno, á que me contradiga.
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El, que h acia parte, á la par de otros sus correligionarios poli ticos de los
poderes Públicos que en la época de Berro gobernaban al país, él podrá des-