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empeñan en agoviarmli, en su vano propósito de presentarme á los ojos de
mis conciudadanos como el ángel del esterminio en esta lucha inapiadada de
nuestras disensiones intestinas.
• Si Vd. no vé sino pasiones envenenadas y excitaciones á la guerra, fuera
del terreno de las fu siones bastardas y de Jos acomodamientos personales (
I ):
si Vd. no concibe que se puede ser partidario sin h aber aconsejado una sola
vez Ja violencia, la opresion á
la injusticia, sin haber tenido otra propaganda
que la del respeto á todos
los derec h os y la de
la igualdad política
y
civil
para todos los ciudadanos, compade2co Comandan te Estomba la estrechez de
su espíritu,
y
renuncio á convencerlo de que Vd. en sus combinaciones clan·
destinas coa· el Comandante Bergara, allá en
los momentos mismos en que
invadia el pais Aparicio
y
levan taba la bandera de guerra contra los
Salvajes
Unitarios,
no servia mej or la causa de las instituciones
y
de la paz y de la
reconciliacion de los orientales en el campo franco de las instituciones nacio–
nales, que ya combatiendo en la prensa, en noble y abierta lid por la verdad
del sufragio, por la efectividad de las instituciones, por la libertad de todos,
que yo sufriendo la cárcel
y
el destierro, por oponerme á la mínima agresion,
al derecho del mas humilde de mis compatriotas, fuese blanco ó colorado,
verde ó amarillo.
• Y como no puedo estarme ocupando diariamente de justificar mi actitud
y mi conducta, apelando para ello á
la historia del pasado en que me cabe
algun
rol, una vez por todas contestaré
á V d. y á
los que como usted
me acriminan, e:!h ortándolos á que me digan cuando incité á la guerra, cuan·
do aprobé una sola violencia, cu"ndo aplaudí una sola persecucion, cuando
me hice cómplice de alguna injusticia.
• No es necesario h aber en trado de lleno en la política de los
abrazos fra–
ternales
y
de los
besos de judas,
para tener el alma llena de los sentimientos
mas justos y mas leales, para haber profesado y profesar el culto de la frater–
nidad sobre la base del ejercicio de todos los derechos políticos y de la efec–
tividad de todas las responsabilidades legales.
• En los sentimientos de fraternidad
y
de justicia están modeladas nuestras
instituciones nacionales, y es el culto de esas instituciones el seutimiento que
llena toda mi alma.
>
El cargo que Vd. me hace de no h aber hecho oír mi voz en ocasion de
la nota de Aparicio, la levanté ya contestando al Dr. Herrera que la formuló
antes que V d.
• No terminaré, sin embargo, sin declarar que es falso que
los Generales
Caraballo y Sua rez suscribiesen
á
los planes que Vd. y el Comandante Berga·
ra acariciaban allá en Marzo en Jos momentos en que A paricío invadia.
• E l General Caraballo recibió carta de los jefes invasores ó próximos á in·
vadir, que comunicó al Gobierno, y que contestó autorizado por el mismo Go–
bierno.
{l) El Dr. D. José P. R amirez es uno de los iniciadores del partido novel del constitucio–
nalismo, que no importa otra cosa que una fusion de los partidos tradicionales.