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>
Esta situacion insostenible no preocupa entre
tanto como debiera á los
hombres que se encuentran al frente de los destinos del pais.
»
El Gobierno
y
las Cámaras encuentran que todo marcha maravillosamente,
y
solo se preocupan de
crearse r ecursos
para prolongar la situacion tal como
se presenta
y
cualquiera que sean las consecuencias fun estas á que nos lleve•.
Y en otra revista del mes de Setiembre, decia lo siguiente:
«
Esta vez como
tantas otras, el Gobierno se equivocó
en sus cálculos
sobre la suficiencia del empréstito de
4 .500,000
de pesos, reducidos en último
resultado á
$
3.000,000
y
pico, para atender al déficit del presupuesto atra–
sado
y
á las erogaciones sucesivas hasta
1º
de Marzo, segun su plan comu–
nicado á las Cámaras.
»
H asta ahora no h a cubierto un
solo mes de los atrasados,
y
tan poco
hábil ha sido en sus combinaciones, que para el mismo servicio ordinario
vigente, ha tenido que llamar á propuestas por una
anticipacion de
200,000
pesos mes á mes sobre las mensualidades que deban entregarse>.
Debemos rectificar la aseveracion del Dr. Ramirez sobre los
cálculos que le atribuye á los revolucionarios r especto del cese
en el mando d e l Presidente Batlle , pues nunca p ensaron tal
cosa. Sin embargo,
p.ayque hacer constar que no dejó de mi–
rarse esta circunstancia como un feliz augurio para realizar la
paz, haciendo presente que la mayor parte de nuestros prohom–
bres, dado e l carácter que babia tomado la guerra, querian de
cualquier manera que aquella se terminase, teniendo presente
mas que las conveniencias personales ó de partido, los intere–
ses generales de la patria.
En el capítulo q u e l e dedicamos á la paz, veremos corrobo–
rado lo que decimos.
Y respecto á la ineptitud d el Gobierno de Batlle, no solo no
estamos en desacuerdo con el Dr. Ramirez, sinó que corrobo–
raremos su opinion con lo que le decía don Isaac Tezanos, Se–
cretario del General Castro, Gener a l en J efe del Gobie rno, á
D. F rancisco Bauzá, redactor de
L os D ebates,
en el mes de
Octubre de 1871; haciéndol e presente sin embargo, que fuera
cual fuera el motivo de no poder vencer á la revolucion, el he–
cho es que apesar de los grandes elementos que poseia el Go–
bierno, fué siempre impotente para luchar con los revoluciona–
rios del 70.
El Sr. Bauzá culpó en su diario á los Generales del Gobi erno
en campaña sobre la lentitud de la guerra, y, sobretodo, por
no haberla t e rminado desde tiempo atrás. A lo que el Sr. Te–
zanos contestó con la siguiente carta, que trascribimos ínte–
gra por la importancia que encierra: