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En el intérvalo que el G eneral Aparicio se r etiraba de los
campos de Manantiales,
y
c ruzaba los departamentos de San
José, Florida y Cerro-La r go, pasando luego al Norte de Rio
Negro, e l ejér cito contrario, despues de retirase d el campo de
batalla, destacó su vanguardia, a l m a ndo d el G e n e r a l Borges,
para los departamentos del Norte
y
á los Coroneles Ordoñe z,
Perez, Galarza y Tolosa para d epartamentos de San José , Soria–
no y Colonia, y é l se retiró hácia e l Durazno , enviando de
vanguardia á los Coroneles Gregorio Castro, C a rabajal, Gime–
nez
y
Llanes. D el departamento del Durazno siguió su mar–
cha para el de Cerro Largo, donde permaneció infinidad de dias,
llegando hasta Fraile Muerto,
y
su vanguardia, que fu é la gen–
te que sintió el G e n e ral Apari cio, despues d e recorr e r el de–
partamento de Minas
y
cruzar e l d e Cerro-Larg o, alcanzó
hasta la punta d e
los Conventos, no a trevié ndose á aproxi–
marse
á
la Villa Me lo por e n contrarse a lli el General Muniz
con la vanguardia del ejército revolucionario. (1)
(1) El G eneral C astro, al penetrar al departa mento de Cerro L argo, la nzó la siguiente procla–
ma
á
sus habitantes:
Campamento en Fraile Muerto, S etiembre 8 de 1871.
e
Haóilanles de Ce,-,·o L argo-Un
ejército vencedor, despues de dominar toda la República,
domina tambien este último refugio de los revolucionarios
1
cuna, centro
y
fecunda
fuente de
todos los elementos que alimentaban la revolucion.
>
No viene envanecido ni orgulloso por la victoria.
• Altanero en presen cía de un enemigo que apoyado en la fuerza le disputa el
triunfo, des–
pues de adquirirlo en lucha franca
y
leal, arroja generosamente sus estandartes de guerra, para
desplegar las bander as de la patria
á
cuya sombra espaciosa bao cabido y caben todos los que
volviendo sobre sus estravios no contribuyan
á
]a anarquia qne arruina
á
la R epública.
>
No hemos veniCio
á
arrojar las armas vencedoras en la balanza de los vencidos, humillando
y
explotando cruelmente su info rtunio¡ soldados de1 Gobierno
y
de la 1ey, baremos exte nsivas
á
todos las garantias que les debe aquel y
respetaremos
los derechos que aquellas acuerdan
á
todos los habitantes pacionales y estrangeros.
>
Haln:tantes d e la Cani¡'Ja 1'1a-Los
que habeis tomado parte en el movimiento revolucionario,
volved
á
vuestro bogar y aspirareis
á
la tranquilidad en presencia de las amarguras de la familia
abandonada, arrojando las armas fratricidas al rostro de los que esplotan vuestra
sangre, para
tomar las herramientas del trabajo que producirá n la prosperidad de la familia y de la Patria.
>
Aun os queda otro camino mas noble
y mas patriótico
pa.radisputar el triunfo
á
vuestros
adversarios.políticos; acudir á las urnas electorales
y
os prometo que mi espada, siempre desen–
vainada ante enemigos armados, será una gara.ntia para el libre sufragio, manifcstacion espléndi–
da de los pueblos que aspiran sinceramente
á
la vida democrática.
>
S oldados del
E.fército-A
juzgar por la obediencia prestada
á
1nis órdenes anteriores, nada
debo temer de vuestra conducta
al
tocar su término esta ca.mpaña; pero quiero recordaros que
debeis respetar como hasta aho ra, la vida de vuestros compatriotas
y
e nemigos vencidos
y ga–
rantir la propiedad de nacionaJcs
y
extrangcros.
•
Todo atentado importarla una mancha arrojada sobre el partido, condenada por vuestros
compafieros
y
castigada con implacable severidad por vuestro jefe y camarada.
Enrz(¡ue Castro.
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