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el paso; les lhizo una porcion de heridos y les quitó varios caballos con re–

cados.

Este forzó el paso y los corrió como dos leguas, pero en ese peque!io

espacio solamente le quedaban como 50 soldados con sus caballos cansados;

asi es que mis caballerías y mis infantes están casi igual.

>

Tengo que ir marchando como el cangrej o; n o me puedo desprender con

las caballerías porque no h ay un, caballo que alcance cinco leguas apurado, asi

es que le he escrito al Gobierno que me abra un crédito para comprar dos mil

caballos.

>

Compadre, le man do cópia de una correspondencia tomada al enemigo.

>

Sin mas recuerdos á toda la familia,

y

deseándole toda felicidad mande á

su compadre

y

amigo.

N icasio Borges.

Al General don Lorenzo Batlle

>

«

Santa Ana, Octubre 28 de 1871.

>

S eñor don E m ü io T hevenet-Salto.

>

Mi caro am igo:

>

Tendré entero placer, que esta lo encuenlTe á usted

y

<lemas amigos go –

zando de felicidad.

>

Mi amigo: aun cuando hasta

aquí no hayamos obtenido

triunfo alguno

digno de menci onarse, sin embargo moralmen te vamos derrotando al enemigo,

como verá por la siguiente relacion.

>

Hace och o días alcanzó nuestra vanguardia á la del enemigo, lo q ue apesar

de ir la nuestra mal de caballos y conocerlo asi Aparicio, ni aun asi se

!!OS

pararon, ad virtiéndole que es la gente mas entusiasmada que ellos tienen, por

que fué la que b a tió á F idelis é Illa.

• Yo marché sobre el campa mento de Aparicio que se hallaba situado en la barra del Sauce,

a

una distancia como de 7 leguas, pe ro A paricio se puso en marcha

y

en desórden se azotó al

otro lado de T acuarembó por una picada que hay, del paso de los N ovillos para arriba.

La vanguardia enemiga no pudo incorporarse

á

Aparicio por estar interpuestos nosotros, pero

se le incorporó Puentes que estaba en el paso de la T ranquera, y sobre el que desprendí al Co.

mandante E scobar, que fué bastante pa ra correrlo.

• Al diasiguiente desprendí al Coronel Coronado para protejer al Comandante E scobar, si

babia necesidad , pero al llegar

á

Tacuarembó Chico lo encontró ya crecido.

>

H oy be llegado

á

este punto y me be incorporado á toda la fuerza . L os a rroyos siguen siem.

pre creciendo, basta la fecha el tiempo se conserva malo; es pues culpa de los

el~mentos

sino aca·

bamos con los enemigos, aunque es preciso que esté V. E. persuadido de que todas las fuerzas de

A paricio no nos han de esperar ni

á

nosotros solos, sin que se les

incorpore Muniz,

y

ni así

mismo quizas.

• Al Coma ndante E scobar se le bao presentado porcion de hombres, entre otros un hijo del

fi.

nado Coronel Ortiz, que se les escapó anteayer de una guardia .

• Me consta que P ue ntes no tiene mas de 60 infantes.

• Los blancos ha n cometido en este departamento toda clase de depredaciones.

• Al

pobre Amen,

del Durazno,

que

decía

que

los blancos

no

le harian nada,

vinie:ido junto con uno de los E scayola para

ir en la diligencia

á

donde estaba su familia, lo

a taron, lo llevaron al campa mento y lo hnn degollado vilmente.