- 86 -
,
>
Aparicio con su ejército desm >ralizado contramarchó esa misma noche
y
se azotó al otro lado de Tacuarembó, estando bastante crecido.
>
El General Borges marcha siempre á retaguardia del enemigo, sin dejarlo
descansar á pesar de ir mal de caballadas á consecuencia de las lluvias y de
los arroyos que hemos pasado á nado, lo cu\ll aniquila á esos animales.
>
Nuestra vanguardia ha tenido que contramarchar
á
tomar la Cuchilla Ne·
gra y bajar por puntas de Arerunguá y Sopas al flanco del enemigo, para
poder echar mano de toda la caballada del D epartamento que hubiese queda–
do, y despues ir sobre ellos como para no darles descanso. Creo que si al
infierno va Aparicio, allá hemos de ir tras de
él.
»
La fuerza de Aparicio, reunido Puentes, no pasa de
800
hombres, pero
como debe comprender Vd., muy desmoralizados todos, como lo demuestran
sus gambeteadas.
>
La voz general en toda esta frontera, por los mismos blancos, es irse á
donde está Muniz porque á Aparicio no lo quieren. Mucha gente se les de
serta
al
Brasil.
>
De nuestra gente nada le digo, pues ella está ganosa de pelear y muy
entusiasmada y en cuanto hayamos medio remontado nuestra gente de caba–
llos, le daremos el vuelto
al
enemigo.
>
Por este momento es cuanto tengo que comunicarle. Mis afectuosos re–
cuerdos á todos los amigos y Vd. disponga de la amistad de este su afectisi–
mo S. S. y amigo.
F.
Vz~ra.
"
>
A uno de los soldados del Comandante Escobar, llamado Bonifacio Cádiz, lo mataron y le
sacaron el corazon.
>
A
un capataz
de Viñas, de nombre Marquillones, lo castraron vivo, le cortaron las orejas,
y por último lo degollaron.
>
A
una
pobre mujer, Candelaria Galvan, le hicieron toda clase de violencias,
y
por último
quisieron matarla para que nada contase ; esta última hazaña
fué
de los Maragatos, que son
peores que los Pampas.
• A otro capataz de Viñas, llamado P ablo Ríos, lo degollaren en presencia de su propia
familia.
>
En vista de estas y otras barbaridades, salió de este pueblo una Comision á pedirle á Apa–
ricio por una porcion de jóvenes que llevaron presos, pero Aparicio no la quiso recibir, cuando
ya babia sacrificado al pobre Amen, padre de familia.
>
M e han asegurado que tambien ha hecho 8egollar
á
otros jóvenes ruas.
>
Siento haberme estendido tanto
y
distraer su tiempo con esta carta tan larga, pero creo que
hay interés e n que se conozca cual es la Índole de los hombres que vienen proclamando la re·
ge ncracion política de este pais.
• Lo saluda su affmo. amigo y S. S .
Ni'casi'o Borges.