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presurosamente hácia

la

capital de la república, donde puso

el

sitio que narramos en el capítulo siguiente el dia 26 de Octubre.

En el trayecto de Mercedes á Montevideo, incorporáronse á

la

r evolucion, en el arroyo del Pintado, los distinguidos perio–

distas señores Agustín de Vedia y Francisco Lavandeira, con–

duciendo una imprenta volante que en seguida editó el primer

número del periódico

La R evolucion,

iniciando su campaña

con

el

siguiente artículo:

" NUESTRO PROPÓSITO.

" D espues de h aber combatido durante cinco años en las ardientes luch as

de la prensa, por emancipar el espíritu y acelerar el momento sublime de la

revolucion contra el despotismo y la criminal abyeccion del pasado, y despues

de haber prestado todo nuestro concurso débil pero constante,

á

la obra de

Libertad y de Justicia, venimos al mismo teatro de la R evolucion, á continuar

la obra iniciada, que, lo esperamos, será una gloriosa é indisputable conquista,

cuando el esfuerzo de todos los buenos se unifique vigorosamente en el pro–

pósito comun de la regeneracion social y política de nuestra patria.

" La revolucion necesitaba la voz de la prensa y la hemos traído. La

prensa es el clarin que convoca

á

todos los adeptos de la buena causa y los

asocia en un mismo pensamiento, retemplando su espíritu y enardeciendo su fé.

" La revolucion armada se encamina rápidamente á un desenlace incruen to y

feli z. Acaso en breves días, se abrirán á su paso vencedor las puertas de la

invicta Montevideo-Nada resiste al impetuoso ataque de un ej ército laureado

en todos los combates, que tiene la poderosa conciencia de su derecho y de

su fuerza.

" Compuesto de ciudadanos voluntario s, cuyos corazones aviva la llama de¡

entusiasmo nacional, el ejército de la revolucion no hallará muralla que lo con_

tenga, y arrollando toda resistencia, elevará en breve su bandera en el último

baluarte del despotismo, en medio de la confusion y de la derrota de sus au·

tomáticos defensores.

" P ero, si bien la victoria de las armas se aproxima, tenemos que retem.

plarnos en o tra lucha mas noble ; levantando el espíritu del pueblo á las su·

blimes concepciones del derecho, á la educacion de la vida libre, á las inspi–

raciones fecundas de la democracia.

«

Grandes, infinitos horizontes se abrirán para la patria. Ella todo lo espera

del patriotismo y de la abnegacion de sus heróicos hijos, sometidos una vez

más á la prueba acrisolada del sacrificio.

" Que nada debilite el entusiasmo de esa generosa lucha en que todos á la

par jefes

y

soldados, han hecho a bj uracion de sus errores

y

de sus pasiones, en

holocausto

á

la sublimidad de la causa que se debate.

" Que la revolucion llegue á su complemento, sin haber descendido una

vez de su pedestal glorioso, tales son nuestros votos; tal es el espíritu que

guiará nuestro trabajo. No estamos solos en esa prnpaganda booéfica, ni solos