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dejar de reconocer en el fondo la sinceridad de los ofrecim'entos de Aparicio,
todos como partidarios y conocedores de los hombres con quienes trataba, no
hemos poc:ldo menos de reconocer que ha cometido una
imprevision
gravísi~
ma,
confiándose en la mera palabra del enemigo perdido.
" Digo perdido, porque sus municiones se concluyeron, tanto de infanteria
como de caballeria. Los cañones apenas tenian cinco tiros, segun declaracion
de los pasados mismos en ese dia, á quienes interrogué en presencia del mis–
mo Aparicio.
" En este momento, vamos en persecucion de los restos del ejército del
Norte; han dejado ya en nuestro poder, siete carretas con sus heridos, á quie–
nes hacemos cu1ar por nuestros médicos, sintiendo no poder atenderlos mas
porque en la marcha precipitada en que vamos persiguiéndolos, hemos tenido
que incendiar gran parte de las municiones tomadas, dejando en el campo
centenares de fusiles que no podemos cargar en nuestros carros.
" Soy Dr. R amirez, partidario franco y sincero; por eso, para que no caiga
en el ridículo en que los hechos hacen caer á los escritores que por conve–
niencias de la situacion, mienten, le pido que, ó diga la verdad fiado en mi
palabra de compatriota leal, publicando la derrota de su valioso ejército del
Norte, ó no diga una palabra.
" Son las
1 2
y
q2
del dia de hoy, y las noticias que tenemos del ejército,
, sqn que Caraballo está sitiado en la isla del Vizcaino; si es cierto esto, cuente
Vd. perdidos los cañones que lleva aun, y el resto de sus bagages, con los
inf¡mtes que ya no podrán caminar.
" El triunfo para nosotros no es tan completo, porque se dejó ir á un ejér.
cito que estaba en nuestras manos-Pero no importa, para Vds,. es una der.
rota precursora de su caida-Pronto lo saludaré en los alrededores de Mon–
tevideo. La ancla de salvacion (el ejército del Norte), se ha hecho pedazos.
" Su amigo.
Bernabé Ri'vera".
~
Sr. D. Bernabé R ivera
>
Mi estimado amigo y compatriota:
>
No entraba de cierto en mis previsiones que había de recibir su carta
del
1º
del corriE'nte, escrita sobre la rodilla talvez y en un pequeño intérvalo
hecho á la persecucion del ejército del Norte, con diez días de atraso, cuando el tiem·
po que es mas sincero y mas desapasionado y mas digno de fé que Vd,. y que
yo, habia de habernos dicho la verdad de lo ocurrido en Corralito y So·
riano con su acento severo y su autoridad irresistible.
>
A preveer Vd. esta pequeña contrariedad que lo hace errar el golpe
dramático que preparó tan hábilmente, y sino dramático, original por lo
menos, no habria de cierto robado
á
las horas de descanso que le concedia
la tenacidad de la persecucion, los momentos que consagró
á
escribir esa
carta.
• Yo no me hago ilusiones
ni
quiero que el pais se las haga, contribu·
yendo en ella
~n
el órgano de publicidad que tengo
á
mi disposicion.