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Suarez desde Severino
á
las Piedras (diez y seis leguas) reducido
á
ochocien–
tos infantes y
600
ginetes.
>
Entonces no hubo
parlamento ni conferencias ni palabra violada, y Vds·
tenian su .ejército tanto ó mas numeroso que en Corralito.
»
Vd. quiere encubrir la impotencia de su ejército con las patrañas de la
capitulacion violada y me ha supuesto tan cándido que ha creido que yo po–
día constituirme en órgano en la prensa, de su hábil propósito de partidario.
>
Yo hago con Vd. en
este momento
todo cuanto podía Vd. exigir de mi
lealtad-dar publicidad á su carta; y usar de un perfecto derecho restablecien–
do la verdad en algunos de sus conceptos y combatiendo sus apreciaciones.
• A Vds. les desespera, y con
razon, que la impotencia del
Ejército Na·
cional
se ponga tan
tristemente en
transparencia, y por
eso se empeña en
esplicar como lo hace, el hecho de haber salvado su ejército el General Ca–
raballo.
>
Pero no se tapa el cielo con un harnero.
»
La suerte de las armas les favorece en dos sucesiva¡ jornadas-en Severi–
no
2000
ginetes se desbandan sin tirar un solo tiro; en Corralito las reservas se
desbandan lo mismo, cuando la division Paysandú habia ya doblado á las caballe–
rias de Vds. mandadas por Aparicio en persona, y sin embargo son ustedes
impotentes en ambas jornadas para completar la victoria.
• ¿Cómo y cuando puede triunfar el irresistible
Ejército Nacional?
. • Si la tierra no se abre y traga á nuestros infantes y nuestros cañones, difi–
mente alcanzan Vds. una sola victoria de resultados decisivos.
• Esto lo ve Vd.
y
por eso se agita paraque no lo vean los demas y el de–
saliento cunda y la desmoralizacion empieze.
>
Usted ha querido que yo fuera su cómplice en tan patriótico propósito, ol·
vidando de que es mas probable que yo sea autor y no cómplice en
travesuras
de ese género.
• Tambien el tiempo, mi amigo, lo ha hecho quedará Vd. mal en sus apre–
ciaciones sobre el suceso de Soriano.
>
Usted dá por tomados los cañones, los bagages y hasta los infantes. Debo
hacerle
la
justicia de suponer que lo de los infantes ni usted mismo lo creia pues
á no ser asi, habria usted empezado porlos infantes y concluido por los cañones·
»
Pero la verdad que ni cañones, ni infantes,
ni
bagages,
cayeron en poder
de las armas nacionales.
>
Antes que yo lo sabían Vds. por los cien y tantos heridos que llevaron á
Vds. tan triste noticia.
• Concluye V d. luego por la mas séria y la mas grave de sus apreciaciones,
y se despide dándome cita para los alrededores de esta ciudad.
• La apreciacion de Vd., francamente, me habria erizado los cabellos (á ha–
berlos tenido), sino fuese V d. quien la hace, V d.
á
quien no puedo conceder
mas autoridad en la materia que la que á mí mismo me atribuyo.
• Pretende Vd. que la derrota de Corralito es precursora de nuestra caída,
y luego agrega que en breves dias me saludará en los alrededores de Mon–
tevideo.