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Cuando llegue este caso, podrá decirse al fin que se habrá
completado la evolucion paulatina de perfeccionamiento á que
tienden los esfuerzos de los buenos ciudadanos y los inmensos
sacrificios y las duras enseñanzas del pasado, no habr án, po r
último, sido estériles, siempre que podamos al<;:anzar los altos
fines á que aspiran las sociedades modernas en su anhelo por
realizar los gr andes ideales de la civilizacion actual.
S eános disculpada esta ligera digresion que nos ha sepa–
rado por un momento de nuestro rol de cronistas, para tribu–
tar un merecido homenaje de justiciaá los abnegados y p atriotas
hij os de la campaña oriental, de la cual han salido figur as dig–
nas de los tiempos caballerescos y acciones de valor y de no–
bleza como la que pasamos á r elatar.
En uno de los últimos dias de Abril de 1870, el prestigioso
caudillo nacionalista Coronel D. José Mª. P ampillon, r esuelto
á compartir las penalidades y sacrificios de la g uerra civil ini–
ciada por sus correligionarios, hacia llamar á los oficiales Mau–
ro y Manuel Zurdo y Francisco Mor é, para que concurriesen
á la brevedad posible á la estancia de aquel j efe, situada en el
arroyo de la Virgen, departamento de San José, con toda la
gente de su partido que pudiesen r eunir y con caballos de tiro,
para poner se inmediatamente en campaña.
Tres dias despues se presentaban los r eferidos oficial es con
quince ó veinte hombres y al tener conocimento de los propó–
sitos del coronel P ampillon, abrazaron entusiasmados la causa
de la r evolucion p ronunciándose en su favor. Varios dias andu -.
vieron ya en armas por el departamento y se les incorpor ó e l
oficial Higinio Vazquez con una partida, esperando alli que otros
amigos vinieran á eng rosar las filas de los sublevados.
E l General Aparicio mientras tanto, desp ues de haber pelea–
do en Cerro Largo y en el Rincon de Ramirez, llegaba el 5 d e
Mayo al p ueblo de San J osé, r euniéndosele dos ó tres dias des–
pues el Coronel Pampillon con su pequeña fuerza en las puntas
del rroyo Grande.
Era el 16 de Mayo y en las primeras horas de la mañana se
encontraba el Coronel Pampillon de avanzada con un escua–
dron de 30 ó 40 hombre por las inmediaciones del Arroyo Sa–
randí, próximo al pueblo de Porongos, cuando avistó una fuerza
enemiga como de 100 soldados que recorría por aquel paraje.
erlo , p reparar su gente
~é
irse sobre ellos, todo fué obra de uu
instante.