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Los revolucionarios mientras tanto, con sus fuerzas forma–
das en línea de batalla, entretenian el tiempo haciendo escope –
tear con sus infantes á los e cuadrones del gobierno; pero cuan–
do se le inco rporar on á é tos los infantes, que se presen–
taron con brios en el campo de ba talla, apar entaron que e ran
doblados, r etirá ndose las guerrillas á paso de trote. Los sitia–
dos entusiasmados con lo que creian un triunfo y que solo era
una estratagema para que salieran de sus posiciones
á
campo
r aso donde pudiera maniobrar la caball eria,
iguieron avanzan·
do en la misma proporcion que se r etiraba el enemigo, coro ·
nand.o en seguida las primeras cuchillas inmediatas al pueblo y
descendi endo r ápidamente hasta e l bajo llamado de los Hornos.
E ste era el momento esperado por los r evoluciona rios. Sin
que pase un minuto más, tocan carga gener al
y
ésta se pro–
duce impon ente, horrible, cargando de fr ente y por los flancos
á la infante ria y caballeria enemiga.
El combate fué instantáneo; pues si bien en el primer mo–
mento pretendieron defenderse los del gobierno, fué tan tre–
mendo el choque, se produjo un entrevero tan espantoso, que
se hizo imposible toda r esistencia, muriendo unos, cayendo pri–
sioneros otros
y
dispersándose el r esto en distintas direcciones.
Perseguidos los disper sos por las caballerias r evolucionarias,
entraron precipitadamente al pueblo mezclados unos con otros ,
azotándose al Rio Negro la mayor parte de los prime ros y r eci–
biendo los últimos un fuego nutrido de todos
lo s
cantones; re–
tirándose por fin los r evolucionarios
á
ocupar otra vez sus po–
siciones, donde camparon tranquilamente.
Momentos despues de este triunfo y siendo como las cinco
de la tarde, volvió á enviarl e el General Medina al jefe de la
plaza otra intimacion para que se rindier a, concebida en estos
términos:
"
El General en Jefe del Eflrcito JVacional.
" Campamento, Agosto 25 de 1870.
"
Al Sr. Comandante 11dlitar de la plaza
de
Mercedes.
" El que suscribe quiere, sin embargo del revés que acaban Vds. de sufrir,
evitar la sangre oriental,
y
vuelve á intimarle, que en el
término de media
hora, entregue el resto de la guarnicion. Mas de cuarenta prisioneros hechos
hace un momento quedan garantidos,
y
V ds. deponiendo las armas tendrán su
pasaporte
y
serán respetados.
Anacleto Medina.
"