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narios, el Coronel Salvañach, militar prudente
y
perito en las
cosas de la guerra, tomaba infinita precauciones en sus mar–
chas
y
mucho más en los parajes donde campaba. Por esto,
cuando campó dentro del alambrado, inspeccionó bien el sitio
donde se encontraba
y
despue de un estudio minucioso, colo–
có á la caballeria en el fondo del potrero
y
puso guardias en
el paso de la rena del río San Salvador, que se encontraba
próximo al campamento, estableció rondines
y
por último, man–
dó al Capitan ovas con una guardia de infantería á la tranque–
ra del mencionado alambrado; permaneciendo tranquilamente
en e tas condiciones toda la noche del referido día 19.
A la madrugada del dia siguiente, siendo como las 4 de la
mañana, r ecibió chasque de la guardia Llel paso comunicándole
que una gruesa columna de caballería enemiga intentaba vadear
dicho paso; y en seguida otro chasque con la noticia de que e l
enemigo estaba vadeando.
La fuerza que se aproximaba en son de ataque, era la van–
guardia del ejército del Norte, comandada por los coroneles
Manuel Caraballo
y
Gervasio Galarza, que hacia pocos días
se habian trasladado al Sud del Río egro.
Se compondrian estas fuerzas de unos setecientos á ochocien–
tos hombres de caballería. Y los revolucionarios no alcanzaban
á trescientos, entre ellos, como unos cien infantes
y
el r esto caba–
llería. Es incierto que tuvieran ningun cañon, como la asegura
el coronel Galarza en el parte que pasó al gobierno
y
que pu- .
blicamos al final .
Inmediatamente de recibir los chasques, el coronel Salvañach
hizo montar á la caballería
y
mandó á los infantes, bajo las
órdenes de los. coroneles Guruchaga
y
Visillac, que se reunie–
ran á la guardia de la tranquera
y
se desplegasen en guer–
rilla sobre el costado izquierdo, poniéndose él al frente de los
escuadrones
y
saliendo del alambrado á todo galope en direc–
cion al paso.
Cuando alvañach pasaba por la tranquera del referido alam–
brado, sus infantes habian desplegado dos guerrillas al mando
de lo Capitanes Novas
y
Arce y se tiroteaban con las guerrillas
enemiga , tiroteándose tambien pero en retirada la guardia del
paso. El Coronel Salvañach, sin perder un momento, pues el ene–
migo avanzaba al galope con sus escuadrones escalonados
trayendo la carga al frente
y
sobre el flanco izquierdo, mandó
hacer alto al sali r de la tranquera, reconcentró las guerrillas al