CAPÍTULO VIII
Batalla de Severino
El
General del ejército gubernista
D.
Gregorio Suarez, de
famosa memoria, llamado tambien indistintamente, ó
Goyo Ge–
ta
por su fealdad horrorosa, ó
Goyo Sangre
por sus ins tintos
feroces, en vez de agradecerle a l general Aparicio el que le hu –
biera dejado
con
lib ertad en su
establecimiento
de Cu–
ñapirú, se irritó d e una manera violenta ante la generosidad de
su en emigo político y personal que por segunda vez le perdo–
naba la vida.
Vinieron
á
su memoria los recu erdos de hechos pasados y
surgieron en su alma, salvaj es é implacables, los rencores y los
ódios que le hicieron siempre perseguir
á
mu erte
á
sus adver–
sarios políticos.
Surgió de nuevo en su espíritu, el recuerdo de un suceso que le
irritaba en sumo grado pensando que en ti empo ya lejano había
desafi~do
al General Aparicio homb re
á
hombre y con armas
iguales.
Fué durante la r efri ega, el dia del combate del P edernal, en
que él lo provocó
á
batirse los dos ·solos y s in mas armas que
las lanzas. Aceptó su enemigo el desafio y ya fuera porque tuvo
mas suerte ó porque fuera mas diestro en el manejo del arma,
cayó Suarez vencido tras leal y tremendo combate acribillado de