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.acon primero

y

despues la lanza que estaba allí cerca,

y

no

alcanzándolo, saca las boleadoras

y

le arroja un tiro de bolas

al caballo, errándole tambi en. Monta entonces en el caballo de

su enemigo, vuela á donde está su gente, la proclama en dos

palabras

y

carga, r esuelto á todo , al escuadron de Gil Aguirre,

derrotándolo despues de pelear un buen rato

y

hacerse unos

cuantos muertos

y

heridos por ambos lados; persiguiéndolos

hasta una pequeña distancia, pues divisaron una fuerte division

que venia á proteger las fu erzas de Gil Aguirre.

Despues, á los cuatro meses, eh la batalla de Severino, dando

una carga de caballeria el Coronel Pampillon al enemigo, vió á

uno de éstos que iba en su caballo con todo el chapeado de él:

verlo

y

voltearlo de un lanzazo fué obra de un instante, r eco–

brando de este modo su propiedad.

Las heridas del Coronel Pampillon se las curó siguiendo la

marcha azarosa de la ·columna del General Aparicio.

Léase ahora lo que decia un diario del Gobierno referente á

este combate, con cuya trascripcion damos fin á es te capítulo

y garantimos, como en todo el r elato que sacamos, que lo que

decimos es la pura verdad; no hubo parte oficial de esta pelea,

6 al menos, si lo hubo, no lo conocemos :

ÚLTIMA HORA-HERÓICO COMBATE

Mayo,

22

de 1870.

»

El coronel Gil Aguirre, se ha batido hoy con 50

hombres,

con tra toda

la fuerza de Aparicio. El hec:ho tuvo lugar en esta suerte.

Aguirre se interpuso en el paso del arroyo Sarandi, cerca de Porongos, de–

jando pasar la mitad de la fuerza enemiga.

Los cargó entonces, matándoles dos oficiales y algunos soldados.

Aguirre cayó del caballo, herido de un lanzazo en el pescuezo, junto con

el jefe de los blancos, Pampillon, á quien dió nuestro valiente coronel, dos

lanzazos hiriéndolo gravemente y se supone que á la fecha haya muerto.

A~irre

montó despues el caballo de Pampillon,

llevando

tambien la lanza

de éste y herido pretendió cargar al enemigo que, en número de 30 hombres

y

en pelo, se pusieron á su alrededor.

Pero en aquel momento se le envió un aviso al coronel Luis

E.

Perez, el

que acudió pocos momentos despues, con su division de mas de 700 hombres;

poniendo en fuga á Jos blancos.

El coronel Aguirre, fué remitido en un carreton á Mercedes para que se curara.

E stos detalles, nos los ha dado un

testigo ocular que presenció desde la

puerta de su casa esta heróica pelea;-donde

los nuestros estuvieron en con–

dicion de uno para veinte enemigos.

Pedimos un premio para el valiente coronel Aguirre>.

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