-
91 -
.acon primero
y
despues la lanza que estaba allí cerca,
y
no
alcanzándolo, saca las boleadoras
y
le arroja un tiro de bolas
al caballo, errándole tambi en. Monta entonces en el caballo de
su enemigo, vuela á donde está su gente, la proclama en dos
palabras
y
carga, r esuelto á todo , al escuadron de Gil Aguirre,
derrotándolo despues de pelear un buen rato
y
hacerse unos
cuantos muertos
y
heridos por ambos lados; persiguiéndolos
hasta una pequeña distancia, pues divisaron una fuerte division
que venia á proteger las fu erzas de Gil Aguirre.
Despues, á los cuatro meses, eh la batalla de Severino, dando
una carga de caballeria el Coronel Pampillon al enemigo, vió á
uno de éstos que iba en su caballo con todo el chapeado de él:
verlo
y
voltearlo de un lanzazo fué obra de un instante, r eco–
brando de este modo su propiedad.
Las heridas del Coronel Pampillon se las curó siguiendo la
marcha azarosa de la ·columna del General Aparicio.
Léase ahora lo que decia un diario del Gobierno referente á
este combate, con cuya trascripcion damos fin á es te capítulo
y garantimos, como en todo el r elato que sacamos, que lo que
decimos es la pura verdad; no hubo parte oficial de esta pelea,
6 al menos, si lo hubo, no lo conocemos :
ÚLTIMA HORA-HERÓICO COMBATE
Mayo,
22
de 1870.
»
El coronel Gil Aguirre, se ha batido hoy con 50
hombres,
con tra toda
la fuerza de Aparicio. El hec:ho tuvo lugar en esta suerte.
Aguirre se interpuso en el paso del arroyo Sarandi, cerca de Porongos, de–
jando pasar la mitad de la fuerza enemiga.
Los cargó entonces, matándoles dos oficiales y algunos soldados.
Aguirre cayó del caballo, herido de un lanzazo en el pescuezo, junto con
el jefe de los blancos, Pampillon, á quien dió nuestro valiente coronel, dos
lanzazos hiriéndolo gravemente y se supone que á la fecha haya muerto.
A~irre
montó despues el caballo de Pampillon,
llevando
tambien la lanza
de éste y herido pretendió cargar al enemigo que, en número de 30 hombres
y
en pelo, se pusieron á su alrededor.
Pero en aquel momento se le envió un aviso al coronel Luis
E.
Perez, el
que acudió pocos momentos despues, con su division de mas de 700 hombres;
poniendo en fuga á Jos blancos.
El coronel Aguirre, fué remitido en un carreton á Mercedes para que se curara.
E stos detalles, nos los ha dado un
testigo ocular que presenció desde la
puerta de su casa esta heróica pelea;-donde
los nuestros estuvieron en con–
dicion de uno para veinte enemigos.
Pedimos un premio para el valiente coronel Aguirre>.
8