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LORD MACAULAY.
LUI.
CARÁCTER PECULIAR DE LA REVOLUCIÓN INGLESA.
De este modo quedó consumada la revolución in–
glesa. Cuando la comparamos con aquellas revolucio–
nes que en los últimos sesenta años
(1)
hán derribado
tantos antiguos gobiernos, no podemos menos de ad–
mirar su peculiar carácter. La causa de tal peculia–
ridad es ba tante fácil,
y
sin embargo, no parece que
Ja hayan comprendido siempre ni sus apologistas ni
sus detractores.
Las revoluciones del Continente, en los siglos
xvm
y
XIX,
sucedieron en países donde toda huella de la
monarquía limitada de la Edad Media había desapare–
cido desde hacía largo fü1mpo. Había sido indiscutible
durante una larga serie de g·eneraciones el derecho
del Príncipe á hacer leyes y
a
levar imp iestos. Un
gran ejército regular guardaba: su trono. No podía
censurarse su administración, aun cuando fuera en
los términos 'más suaves, sin correr gran peligro.
Disfrutaban sus súbditos de libertad personal sin más
garantía que la voluntad del Monarca. No había una
sola institución que brindase protección eficaz al súb–
dito contrn los mayores excesos de tiranía Aquellas
grandes asambleas, que un tiempo habían doblegado
el poder real, habían caído en el olvido. Sus privile–
g·ios y organización sólo eran conocidos de los anti–
cuarios. No debe, pues, admirarnos que cuando hom–
bres así regidos lograron arrancar el poder supremo
á
(l)
Esto ee escribía en 1850.- N. del T.