REVOLUCION DE INGLATERRA.
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ocasión. Su asombro era tanto mayor, cuanto qu.e
al despedirse de ella en el Haya, aunque estaba ple- .
namente convencida de seguir la senda del deber,
parecía hontlamente afeétada. Posteriormente explicó
Marla
á
Burnet, como
á
su gula espi ritual , Ja causa
e su conducta en este dla. Hablale escrito Guiller–
mo que aun continuaban en sus maquinaciones Jos
ue pretendlan separar los intere es de ambos cón–
yuges; de.clan -que ella se creía perjudicada; y si al
llegar se hubiera mostrado triste, la noticia se hu–
biera confirmado.
Por
eso Guillermo le suplicó que al
presentarse por primera vez pareciera ll ena de satis·
facción
y
contento. Su corazón, decia María, distaba
mucho de estar aleg-re; pero había hecho cuanto ha–
bía podido,
y
por temor de no hacer bien un papel
que no se avenía
á
sus sentimientos, se habla exce-·
dido en su desempeño. Su conducta
f'ué
objeto de sá–
tiras en prosa y verso que la hicieron perder mucho
en la opinión de algunos cuya estimación ella apre–
ciaba, y hasta-que se halló fuera del alcance de Jos elo–
,,;ios y censuras, no se upo que Ja conuucta que Je
· había valido el reproche de ligereza é insensibilidad,.
era realmente ejemplo señalado de aquel perfecto
deisint.erés y abnegación de que el hombre parece in–
capaz, pero que algunas veces se encuentra en la.
mujer (l).
(l )
Vindicación de la
D 1iq1ie
a
ele
Mart.borough; Revista ele la
Vüicl.icación;
Burnet.
1,
781, 825,
y
In notn de Oartmouth;
Ditirio
llPEve¿yn,
feb. 21,
1688-89.