REVOLUCIÓ
DE 1 GLATERRA.
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ha ta
1
0~
ton Abbot. Una piedra erigida en medio de
la poqu ña ciudad, marca todavía el sitio donde
e
1 yó solemnemente al pu blo la Declaración del Prin–
cipo. La
tropa se movían con gran lentitud, porque
la lluvia caía
á
torrentes,
y
lo cnminos de Inglaterra
hallaban nton os n un stado que parecla horro–
ro o
á
p rsonas acostumbrada
á
la
xcelontes vías
d
comunicación de Holamla. Guill rmo e tableció
su
uart l' durant do dias en Ford, re idoncia de
la antig ua
ilu tre familia de Courtenay, en las cer–
cania d
ewtonAbbot. Fu mag uifl.camente alojado
y f
t jado,
i bien merece nota e que el duoño de la
a a, on or notoriam nte whig, no qui o ser el pri–
mero n arri garla vida
y
la hacienda, y o ab tuvo
ou pr cau ión de ha
r nada, qu putlicrn
r mira–
<lo como un crimen, i el I oy llegaba
ó.
vencer.
XLIV.
E TRADA DE
ILLERMO E
EXETER.
Al mi roo tiempo r iuaba en Exeter la mayor agi –
ta ión. El Obi po Lomplugh , no bien oyó que lo Ho–
lande
taban u Torbay,
JI
no de terror huyó
á
Loudr
. El deñn e dió tambi n á la fuga. Lo ma–
gi trntlo
taban por 1R
y;
la mayoría do lo habi–
tante por 1 Prlncipe. Halláb
todo en la mayor
onfu ión ,
uando en la mañana del juev
de no-
vi mb
un uerpo d
tropa , mandado por Mor–
duunt, npur
ió
delante d
la ciudad. A.compañábale
Burn
t,
á
qui n
uillermo habla
r
comandado pro–
t
cr
al
cabildo de la
atedral de toda injuria
in-