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LORD MACAULAY.
Timoteo Hall , que había deshonrado su profesión sir–
viendo de agente de la Duquesa de Portsmouth en el
tráfico de indultos, y que ahora tenla esperanza de al–
canzar el obispado vacante de Oxford, se vió de igual
modo abandonado eu la iglesia. En Serjeant's Inn,
Chancery Lan e, el ecretario fingió haber e olvidado
de ll evar el ejemplar,
y
el Chief justice del Banco del
Rey, que había asistido con el solo objeto de ver que
se cumplía Ja orden de ,Jacobo, hubo de contentar e
con tal excusa. Sa.mucl Wesley, padre de Juan y
Carlos Wesley, cura de Londre • eligió para texto
de su plática la noble re puesta de los tres judíos al
tirano caldeo.
«Sabe , oh Re.1/. que no servii-emos
á
tus dio·–
scs ni adorai·emos el ídolo de oro que Itas levantado.»
Hasta
en la capilla de aint James el ministro oficiante se
atrevió
á
desobedecer la orden Real. Entre lo alumnos
de Westminster se recordó por mucho tiempo lo u–
cedido entonce en la abadía. prat, obispo de Ro–
chester, oficiaba en calidad de deán .
1
0
l>icn comenzó
á leer la Declaración, lo murmullos y el ruido '1el
pueblo que llenaba el coro ahog·aron su voz. Comenzó
entonces á temblar de tal modo, que toda .a gente
pudo ver cómo se ag·itaba el papel en sus manos ,
y
mucho antes de terminar la lectura abandon aron el
templo todos aquellos
á
quienes su deber no obligaba
á
permanecer a!Jí
(1 ).
unca dió el pueblo tau grandes mur tras de ca
riño á su Ig lesia como en l:\ tarde de aquel día. Todo
espíritu de divisi ón parecía extinguido. Baxter, desd1'
el púlpito, pronunció un elogio de los Obis pos
y
deJ
clero parroquial. Pocas hora de pués, el Ministro d1:
Holanda escribía á los Estado
generales auuncián-
(l) Citters, mayo 22 (junio l), 16t<3; Bllrnet,
r,
74-0, con
la
nota
de lord Dartmouth; Southey,
V1áa
de
We ley.